Simbología románica

El Pantocrátor
El nombre de Pantocrátor proviene del griego παντοκράτωρ, compuesto de παντός (todo) y de κρατός (fuerza, poder) es decir: El Todopoderoso. Es una de las imágenes más habituales y magníficas del románico, en ella aparece Cristo con la mano derecha levantada y los dedos pulgar, índice y medio extendidos (símbolo de poder y magisterio). En la mano izquierda lleva el libro de los siete sellos rotos por el Cordero para anunciar que sólo en Él está la salvación. Es muy habitual encontrarlo pintado en el ábside, presidiendo la iglesia y la comunidad de fieles.
Ábside de Sant Climent de Taüll (Original en el Museu Nacional d'Art de Catalunya).
También se le puede encontrar esculpido en la portada principal, bien en el tímpano o encima del mismo, como dando la bienvenida a los fieles que acuden a la iglesia. Otro lugar destacado en el que suele aparecer son los frontales de altar.
Tímpano de Santa María de Covet (Pallars Jussà).
Tímpano de Sant Sebastiá dels Gorgs (Alt Penedès).
Friso de la portada de la iglesia de Santiago, Carrión de los Condes (Palencia).
Frontal de altar de la Seu d'Urgell (Museu Nacional d'Art de Catalunya).
Cristo aparece rodeado por la almendra mística o mandorla. Por lo que he leído, la mandorla podría provenir de una esquematización de la Sábana Santa, o bien de un elemento tradicional del mundo romano: el escudo grande o clípeo, que suele aparecer en las estelas funerarias romanas, a veces enmarcando la figura de la persona fallecida.
Estela funeraria romana con el escudo clípeo (Nîmes).
La mandorla puede aparecer flanqueada por ángeles, serafines (los ángeles más importantes y consejeros directos de Dios) o querubines (guardianes del universo desde un plano divino). También es habitual encontrarlo flanqueado por los doce apóstoles, los cuatro evangelistas o su representación simbólica: el tetramorfos.
El Tetramorfos
El Tetramorfos (del griego τετρα, tetra, "cuatro", y μορφη, morfé, "forma") es una representación iconográfica de los cuatro evangelistas: San Mateo, San Lucas, San Marcos y San Juan. Aparece mencionado por primera en el libro del Apocalípsis de San Juan:
Cuatro Seres Vivientes, llenos de ojos por delante y por detrás, ocupan el espacio entre el trono y lo que hay a su alrededor. El primer Ser Viviente se parece a un león, el segundo a un toro, el tercero tiene un rostro como de hombre y el cuarto es como un águila en vuelo. (Apocalipsis, 4, 6- 8).
El león representa a Marcos porque su Evangelio comienza hablando de San Juan Bautista, que clama en el desierto. Su voz es como la del león, un animal fuerte y noble, como lo será Jesús. También porque su evangelio se centra en la majestad de Cristo y el león ha sido considerado tradicionalmente como el rey de las bestias.
El toro o el buey simboliza a Lucas porque empieza hablando del sacrificio de Zacarías a Dios y el toro es el símbolo del sacrificio, el deseo de una vida espiritual que permite al hombre triunfar por encima de las pasiones animales y obtener la paz.
El águila simboliza a Juan porque esta ave se considerada un animal sabio y clarividente, que cuando vuela mira directamente al sol, también el Evangelio de Juan es el más abstracto y teológico y -como el águila- fue capaz de ver más allá de lo inmediato.
Finalmente, el ángel es Mateo, porque es el único que habla de la genealogía de Cristo, el Hijo del Hombre, y se centra en la humanidad del mismo, de acuerdo al comentario de san Jerónimo sobre el texto de Mateo.
Tetramorfos del ábside de Santa María de Mur.
(Original en el Museum of Fine Arts de Boston)
El Crismón
El crismón es una anagrama de Cristo formado por las dos primeras letras de su nombre en griego Χριστός (Khrīstós) que significa 'El Ungido', o sea XP montadas una sobre otra. En los crismones algo más evolucionados aparecen la primera y última letra del alfabeto griego , α/Α (alfa) y ω/Ω (omega), simbolizando que Cristo es el principio y el fin de todas las cosas. También puede aparecer la letra ς/Σ (sigma) que, por un lado es la letra final de Χριστός y por otro la inicial de Σωτήρ (Salvador). También es la última letra del primitivo símbolo cristiano, el pez, anagrama críptico de la época de las persecuciones: ιχθυς (Ichthys), acrónimo griego que encerraba la confesión de fe de los seguidores de Jesús: Iησοῦς Χριστός, Θεοῦ Υἱός, Σωτήρ (Iesous Xhristos Theou Hyios Soter), o sea, 'Jesucristo, de Dios el Hijo, Salvador'.
Crismón en un sarcófago paleocristiano (Les Champs-Élysées d'Arles).
El crismón trinitario aparece en Jaca a finales del S.XI, y es una reinterpretación del crismón con fines antiheréticos. Para dar fuerza al concepto de la Trinidad se cambian las letras griegas ρ/Ρ (rho) y ς/Σ (sigma) de Χριστός, por las letras latinas P y S -de aspecto similar- interpretadas como Pater y Spiritus. Por su parte la inicial X de Χριστός, queda desfigurada con un nuevo travesaño montado horizontalmente sobre ella para conformar el símbolo de la rueda, común a los ritos iniciáticos de muchas religiones primitivas.
Crismón trinitario de la Catedral de Jaca (Huesca).
Crismón trinitario del castillo de Loarre (Huesca).
El león
El león es uno de los animales más presentes en el románico Es la representación de la fuerza y la nobleza, siendo muy habitual encontrarlos por parejas en las portadas, como guardianes del acceso al templo.
Portada de Sant Pere de Besalú (La Garrotxa).
Portada de la Catedral de Sta. María de la Seu d'Urgell (Alt Urgell).
Otra simbología asociada al león es la antropofagia mística, en la que se representa un león devorando personas. Es la figuración del tránsito de las almas al más allá a través de Cristo. El león es la representación de Cristo y las almas (representadas habitualmente como niños en el románico) se representan sonrientes, ya que se considera que se trata de un momento de dicha y alegría.
Portada de Sant Juliá de Besalú (La Garrotxa).
También hay una vertiente negativa en la simbología asociada al león. Se trataría de una representación del mal, un enemigo poderoso a derrotar, por lo que la lucha contra el león también es una metáfora de la lucha contra el mal.
Claustro de la Catedral d'Urgell (Alt Urgell).
También simboliza la dignidad real de cristo y la resurrección, esto proviene de que antiguamente se creía que los cachorros de león nacían inmóviles y con sus ojos cerrados durante los primeros días, aparentemente muertos, pero renacían después de tres días.
El Águila
El águila es un animal asociado a lo divino en muchas religiones y culturas de todos los tiempos. En la mitología hindú Garuda, el águila brillante como el fuego, es la montura de Vishnu. En la antigua Grecia era el símbolo de Zeus, la cual envía el dios como buen augurio a los humanos, por lo que termina convirtiéndose en su mensajero.
De la misma manera, en el románico es la representación de lo divino. Es habitual encontrar escenas de lucha entre un águila y otro animal, como por ejemplo serpientes, leones u otro tipo de cuadrúpedos. Es la representación de la lucha y la victoria del bien, el águila, sobre el mal.
Capitel del claustro de Sant Benet de Bages (Bages).
Dada su proverbial buena vista, otras veces se la encuentra en actitud vigilante, como guardando un lugar sagrado.
Ábside de Nuestra Señora de Iguacel (Huesca).
El águila simboliza también la inteligencia y la sabiduría.
Monos y simios
La habilidad de imitación de los simios les valió ser considerados como animales malignos, ya que el Diablo los usaba para imitar la creación de Dios, en particular al hombre. Cuando los vemos atados por el cuello con sogas o cadenas simbolizan que el diablo ha sido vencido. Además, el mono también simboliza los bajos instintos, la sensualidad y los vicios en general, habitualmente se les ve en actitud obscena exhibiendo los genitales.
Claustro de la Catedral de Sta. María de la Seu d'Urgell (Alt Urgell).
El Pavo real
El pavo real, al igual que el pez, fue uno de los animales que los primeros cristianos utilizaron como símbolo. Dado que cada año renueva su plumaje y su carne es muy dura y difícil de comer, se le asoció con la resurrección de Cristo incorrupto y la vida eterna, por lo que es habitual encontrarlo en contextos funerarios.
Osario procedente de Sant Pere de Cassserres (MEV Osona).
El Grifo
El grifo presenta cuerpo de león, y cabeza y alas de águila. Como mezcla de dos animales básicamente positivos, su significado suele ser positivo, como animal guardián, conjuro de buena suerte, y como protector de los difuntos. También tiene su vertiente negativa como una figura diabólica que atrapa las almas.
Portada de Sta. María de Bell-lloc, Sta. Coloma de Queralt (Anoia).
Centauros
Los centauros son seres con el cuerpo de caballo y el tronco y la cabeza humanos, siempre masculinos, provenientes de la mitología griega y romana. Simbolizan la brutalidad de las pasiones y la lujuria. Con frecuencia se les representa con arco y flecha disparando a sirenas
Capitel del antiguo claustro de la Catedral de Jaca (Huesca).
Arpías
La Arpía es otro de los animales maléficos por antonomasia, compuesto de cuerpo y alas de rapaz, busto femenino -aunque en ocasiones también masculino- y con frecuencia, cola de serpiente. Al igual que los centauros, provienen de la mitología griega y latina, donde eran genios maléficos. Mensajeras del dios infernal que venían a raptar a los mortales para devorar su alma. Las arpías pasaron a la Edad Media como alegorías de los vicios de codicia, fraude y falsedad.
Claustro de Sant Pau del Camp, Barcelona.
Sirenas
Las sirenas también provienen de la mitología griega y romana. En la iconografía románica aparecen sirenas con una o dos colas. Representaban el peligro de la seducción y la llamada de los placeres carnales, que desviaban a los hombres del camino recto y de sus deberes.
Abadía de Sainte-Marie-aux-Dames, Saintes.

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