jueves, 13 de octubre de 2022

Castellsapera (939 msnm) desde Casa Nova de l'Obac

Lo bueno de poder salir de excursión entre semana es que, zonas que los fines de semana están a rebosar de gente, los encuentras totalmente solitarios... o casi. El recorrido lo iniciamos en la Casa Nova de l'Obac, una masía del S.XIX ahora reconvertida en centro de interpretación del Parc Natural de Sant Llorenç del Munt i Serra de l'Obac. El camino empieza muy suave y pavimentado hasta llegar a la Casa Vella de l'Obac (S.XIV-XVIII), luego continúa más estrecho y ya sin pavimentar hasta el Pou de Glaç de l'Obac.
Casa Nova de l'Obac.
Primeros colores otoñales.
Casa Vella de l'Obac.
Pou de Glaç de l'Obac.
El Turó Roig.
El Paller de Tot l'Any y Roca Salvatge.
Una vez en la Font de la Portella el sendero baja hacia el fondo del Torrent de la Saiola, para luego remontar por debajo de Roca Salvatge hasta llegar a la masía de La Calcina. En este tramo hay que estar atento ya que el camino está poco marcado... nos despistamos en dos ocasiones. Una vez en La Calcina solo hay que seguir el sendero que remonta por el torrente, mejor marcado y sin pérdida alguna: las rocas del Paller de Tot l'Any a la izquierda y las de Roca Salvatge a la derecha.
Camino a la Font de la Portella.
La Font de la Portella.
La Calcina.
Bajo el Paller de Tot l'Any.
Sendero por el Torrent de la Saiola.
Madroños a punto.
Al final del torrente empalmamos con el GR-5, el Sendero de los Miradores o de los Parques Naturales, por lo que el camino vuelve a estar bien marcado hasta llegar al Coll de Tres Creus. Este tramo nos depara unas vistas estupendas en todas direcciones. 
El Paller de Tot l'Any.
Castellsapera y el Queixal del Porc.
Vistas hacia Montserrat.
Camino al Coll de Tres Creus.
Turó de Tres Creus.
Coll de Tres Creus.
Del Coll de Tres Creus sale el camino que remonta la carena del Castellsapera para luego flanquear bajo las paredes rocosas del mismo. Pasamos por la Roca Foradada y poco más adelante vamos a buscar una canal boscosa y bastante evidente que lleva hasta la cima. Aunque hay que apoyar las manos en algún punto y ayudarse de las ramas, no es difícil en absoluto.
Roca Foradada.
Flanqueo bajo el Castellsapera.
Canal de subida.
No es nada complicada.
Cima del Castellsapera (939 msnm).
El Montcau.
La bajada la hacemos por la canal que baja por la vertiente opuesta a la que hemos remontado a la subida. Otra vez toca ayudarse de las ramas en algunos puntos hasta llegar al sendero que flanquea por debajo del Queixal del Porc y sigue hasta el Collet Estret.
En la canal de bajada.
Entre encinas y rocas.
Bajo el Queixal del Porc.
La Mola de Sant Llorenç del Munt.
Bajada al Collet Estret.
El Collet Estret.
Desde el Collet Estret, el Camí de l'Estepar deja de lado el Turó de la Carlina para ir a buscar la carena que baja hasta el Turó de la Mamella, por el camino encontramos otro pozo de hielo muy bien conservado. El último tramo de bajada, del Turó de la Mamella hacia el punto de inicio, es un sendero bastante erosionado e incomodo.
Pou de Glaç del'Estepar.
Interior del pozo de hielo.
Camí de l'Estepar.
Turó de la Mamella.
Alguno aún tiene ganas de seguir caminando.
Castellsapera y el Queixal del Porc desde Rellinars.
Distancia: 10,4 Km.
Desnivel acum.: +440 mts. -440 mts.

miércoles, 5 de octubre de 2022

Ciudadela íbera y Castell de la Santa Creu de Calafell

La ciudadela íbera de Calafell es un yacimiento de la tribu de los cosetanos fundado hacia el S.IV aC y abandonado a raíz de la segunda guerra púnica en el S.III aC, cuando el cónsul Catón el Viejo aplastó la sublevación de las tribus íberas contra Roma. También hay algunos restos de una domus romana del S.I aC.
La particularidad de este yacimiento arqueológico es que ha sido parcialmente reconstruido, aplicando técnicas de arqueología experimental bajo la dirección de Joan Santacana ente 1992 y 1994. Aunque un proyecto de este tipo siempre levanta polémicas, lo que si está claro es su función didáctica ya que permite hacerse una idea bastante clara de las condiciones de vida y costumbres de los íberos en aquella época. Actualmente forma parte de la Ruta dels Ibers del MAC.
Muralla norte con un torre de asedio romana.
La entrada al recinto amurallado.
Detalle de la puerta de entrada.
Calle pavimentada en la entrada.
Silo para grano.
Restos de la domus romana.
Casa de una sola habitación.
Interior con réplicas de objetos de uso cotidiano.
Horno de pan.
No ha cambiado tanto la arquitectura tradicional.
Altar de sacrificios.
Representación de la dieta íbera.
Interior de una casa de grandes dimensiones.
Dormitorios y terraza en la planta superior.
Pequeño horno de cal.
Reconstrucción de la molienda del grano.
Paso de ronda de la muralla.
Almacén en la base de una de las torres.
Vista de los tejados de las casas.
Desagües de los tejados.
Desde la carretera y dominando el pueblo de Calafell se distingue el Castell de la Santa Creu. Sus orígenes datan del S.XI como propiedad de Bernat Otger. Resultó destruido durante la Guerra dels Segadors (1640-1652), se volaron parte de las murallas, se rellenó la cisterna con las ruinas del palacio gótico... Al quedar nivelado, el recinto se usó como cementerio hasta 1938. Actualmente se encuentra museizado y en la entrada hay un audiovisual explicando la historia del mismo.
Inicio de la subida al castillo en la Plaça Catalunya.
El Carrer de les Penyes.
Subida al castillo.
Entrada al recinto amurallado.
Restos de la escalera del recinto noble, ya desparecido.
Vista sobre el pueblo de Calafell.
Exposición de armas medievales en la muralla.
El recinto amurallado con la iglesia al fondo.
¡Haciendo el payaso!
Una de las aspilleras.
La gran cisterna de agua del castillo fue usada como refugio durante los ataques de los piratas de los siglos XV-XVI. Testimonio de las horas pasadas por los habitantes del pueblo en su interior son los grafitis representando galeras piratas.
Bóveda y acceso a la cisterna.
interior de la cisterna.
Grafiti de unna galera pirata. 
Otra galera, esta con dos mástiles.
Encima de la iglesia, en una especie de terraza, llama la atención el conjuratorio. Se trata de una edificación de una sola habitación, dos plantas y orientada a los cuatro puntos cardinales. Para proteger el pueblo de las tormentas, los malos espíritus y las brujas, el sacerdote leía un fragmento de cada uno de los cuatro evangelios en cada dirección. En la planta baja se encerraba a las mujeres acusadas de brujería. 
Iglesia de la Santa Creu (S.XI).
El conjuratorio y el campanario sobre la la iglesia.
Interior del conjuratorio.
Recreación del conjuratorio como prisión de brujas.
Portal de acceso a la iglesia, muy deteriorado.
Escudo de los Palou, señores del castillo (1381-1493).
Originalmente la iglesia (S.XI) era de una sola nave con ábside totalmente integrada en la muralla, con posterioridad se añadió una segunda nave en la fachada sur. Los restos de pinturas murales románicas que se conservan en el ábside son de un estilo muy similar a las de la Capella del Sant Sepulcre de Olèrdola, en la pequeña cripta también se pueden ver restos de pinturas, estas ya de estilo gótico. Bajo el pavimento de la nave añadida se han encontrado varias tumbas antropomórficas (S.XI-XII) del primer cementerio del recinto.
Interior de la iglesia con sus dos naves.
Tumbas bajo la nave más reciente.
La nave original con su pequeña cripta.
Detalle de la cripta.
Restos de pinturas románicas del ábside.
Una cenefa.
Decoración figurativa.
Un ángel.
Restos de decoración gótica de la cripta.
Otra galera pirata de dos mástiles en la iglesia.
Para terminar la visita le damos la vuelta al castillo para admirar el ábside con decoración de estilo lombarda y totalmente integrado en la muralla, un gran campo de silo y las curiosas roderas del Carrer de l'Aire, fruto de años y años de pasar carros.
Campo de silos al pie del castillo.
Exterior del ábside integrado en la muralla.
Sepulturas antropomórficas al pie de la muralla.
Roderas en el Carrer de l'Aire bajo el castillo.