Nacidos de las lágrimas de Pyrene al morir, los ibones (estanys en Catalunya) se reparten a lo largo de los Pirineos, algunos impresionan por su belleza salvaje, otros por su tamaño o su entorno, las crestas y paredes que los rodean, el color del agua... cada uno tiene su encanto pero para mi el Ibón de Plan es uno de los más bonitos y fotogénicos de lo Pirineos.
Del pueblo de Saravillo sale una pista forestal que nos deja en el refugio libre de Lavasar, son 14 kilómetros de pista en buen estado y hay que pagar un peaje de 3€. Desde refugio de Lavasar tomamos el camino que nos lleva hasta el Ibón de Plan o Basa de la Mora, es un tranquilo paseo de algo menos de 2 kilómetros que nos lleva a la cabecera del ibón, vale la pena rodearlo para admirar la belleza del entorno. En total son unos 5 kilómetros entre la ida y la vuelta rodeando el ibón.
Como muchos ibones este cuenta con su propia leyenda, en la noche de San Juan emerge sobre las aguas la figura de una mora que comienza a bailar al mismo tiempo que se mueven serpientes enroscadas por su cuerpo adornado con brillantes y joyas. Se dice que la joven es el espíritu de una mujer musulmana que se perdió en estas montañas huyendo de las violentas luchas entre moros y cristianos, y su espectro quedó preso en este ibón, aunque no todo el mundo lo puede ver. Sólo las personas de buen corazón disfrutan con esta visión, si te lavas la cara en las aguas del ibón a la salida del sol, el agua empieza a moverse formando un remolino, emergiendo lentamente en el centro del lago, una forma brillante que se trasforma en una hermosa mujer.
Distancia: 5 Km.Desnivel acum.: 324 mts.