domingo, 24 de marzo de 2019

Pic de la Mina (2.683 msnm)... el plan C

En principio había quedado con Josep para ir al Pic d'Envalira desde el Pas de la Casa, sin embargo cuando llegamos a la carretera del Coll de Puymorens a Pas de la Casa... nos encontramos con una cola de seis kilómetros para acceder a las pistas ¡mal inicio del día!. Con ese panorama tampoco resulta factible llegar hasta el Pont de Baladrar para subir el Pic de Pedrons (era el plan B), así que damos media vuelta y vamos a estacionar cerca del Coll de Puymorens para ir al Pic de la Mina. Al menos salimos con los esquís puestos desde el inicio, lo que ya es mucho teniendo en cuenta el invierno tan escaso de nieve que llevamos.
Salimos con esquís desde la carretera.
Subiendo por el bosque hasta la carena.
Panorámica del Circ de la Vinyole bastante bien de nieve para el invierno que hemos tenido.
Poco que contar de la subida, primero por el bosque hasta llegar a la larga y suave carena y siempre evitando al máximo las pistas. Aunque hay bastante gente subiendo con esquís y raquetas, en ningún momento hay sensación de aglomeración.
El Pic de Font Freda.
El Circ de la Vinyole, siempre impresionante.
La larga loma para llegar a la pala final.
El Pic de Font Negra y el Pic de Pedrons. 
La pala final hasta la cresta.
Un último esfuerzo!!.
Aunque parezca increíble la nieve está en su punto, y hay la suficiente para que lleguemos hasta la cresta final sin necesidad de descalzarnos, ni poner cuchillas, ni hundirnos en nieve pastosa. Tras dejar los esquís en el pequeño collado de la cresta nos acercamos a la cima, donde disfrutamos de la magnífica vista que hay en todas direcciones.
Ambientillo en la cresta.
Josep llegando a la cima.
Un descansito en la cima.
Los Pics d'En Valira detrás del Pic de Pedrons.
El Puigpedrós de Lanós.
El Roc Melé.
De vuelta al collado quitamos pieles, nos calzamos los esquís y p'abajo que nos vamos. En la primera pala la nieve está un poco dura pero los cantos se agarran bien y la bajamos casi de un tirón. Luego la pendiente se suaviza y la nieve está algo más transformada, unos dedos de nieve primavera sobre la base bien dura... perfecto para disfrutar de la bajada sin sufrir pero, como siempre, nos olvidamos de hacer fotos.
De bajada llegando a las pistas.
Un descansito.
La nieve está en tan buenas condiciones que da lo mismo que vayas por la zona más pisada, por las pistas o abriendo huella, disfrutamos mucho y toda la bajada hasta el coche la hacemos en tan solo media hora.
Distancia: 10,9 Km.
Desnivel acum.: +762 mts. -762 mts.

domingo, 10 de marzo de 2019

Ruta del Exilio de Lluís Companys

23 de Enero de 1939, con el ejército franquista a punto de entrar a Barcelona, Lluís Companys se ve obligado a huir junto con otros miembros del Govern de la Generalitat. Pasan por Sant Hilari Sacalm, Darnius y finalmente llegan al Mas Perxés en Agullana, el 30 de Enero. En esta masía también se instalaron el Lehendakari José Antonio Aguirre y otros miembros del gobierno vasco. En la masía Can Barris cerca de La Vajol ya se encontraban Manuel Azaña, Juan Negrín y otras personalidades del bando republicano. El 5 de Febrero de 1939, de amanecida, todos atravesarán la frontera por el Coll de Lli para llegar a Les Illes en zona francesa, donde les esperaba el exilio y -en muchos casos- la muerte.
Refugiados republicanos en la frontera de El Pertús.
Lluís Companys camino al juicio en el Castell de Montjuic.
El 13 de Agosto de 1940 Companys fue detenido por la policía militar alemana en la Bretaña francesa y extraditado a España el 29 de Agosto. Tras ser interrogado y torturado en Madrid, lo trasladaron a Barcelona donde, el 14 de Octubre, fue sometido a un consejo de guerra sumarísimo de apenas una hora de duración. Un juicio sin ninguna garantía procesal y claramente ilegal, en el que fue condenado a muerte. Al día siguiente 15 de Octubre de 1940, a las seis y media de la mañana, fue fusilado en el Foso de Santa Eulàlia del Castell de Montjuic. Tenía 58 años y sus últimas palabras fueron "¡Per Catalunya!".
Se calcula que casi medio millón de personas atravesaron la frontera con Francia por diferentes puntos del pirineo catalán. Fue un éxodo sin precedentes en la historia contemporánea del estado español, provocado por la derrota, la desesperación y el miedo a las represalias anunciadas, tal y como había dejado bien claro el General Emilio Mola: "Hay que sembrar el terror, dejar sensación de dominio eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todos los que no piensen como nosotros". Una marea de gente, mujeres, niños, ancianos, heridos... atiborraba las carreteras que llevaban a la frontera. Entremezclados con los restos del ejercito republicano en retirada, eran bombardeados continuamente por los aviones rebeldes con base en Mallorca.
Este 2019 se cumplen 80 años de este hechos, la culminación de una guerra y un genocidio atroces que nunca se han de olvidar. Con toda esta historia presente en nuestras mentes, nos disponemos a recorrer una de las rutas que ha señalizando el Museu Memorial de l'Exili, pero primero paramos en La Vajol para ver el monumento al exiliado (obra de Lola Reyes y Joan García-Codina) y que reproduce una de las fotos más conocidas del éxodo republicano de esas fechas. También nos acercamos a la Font de l'Amor, donde hay multitud de placas conmemorativas del exilio.
Iglesia de La Vajol.
La Font de l'Amor en La Vajol.
En memoria a todos los exiliados republicanos.
En memoria de la marcha de Lluis Compays.
Toda el horror del éxodo y la guerra en una foto (R. Violet).
Monumento al exiliado.
La historia detrás de esta foto -tomada a finales del mes de Enero de 1939 cerca del Coll d'Ares- es desgarradora, como tantas otras historias de esos días. Mariano Gracia, cargado con mantas y la bandera republicana, ayuda a caminar a su hija Alicia que había perdido una pierna en un bombardeo franquista en Mozón. Detrás y de la mano de un vecino de Prats de Molló también cojo, camina el hermano menor Amadeo, mutilado en el mismo bombardeo, y a su lado Antonio el hijo mayor y el único que resultó ileso. La madre Pilar Bamala había muerto en el mismo bombardeo que mutiló a sus hijos, Mariano Gracia -física y moralmente destrozado- murió al poco tiempo (1940) en Francia. Poco después los tres hermanos serían repatriados a Monzón tras ser reclamados por sus abuelos.
Tras esta rápida visita aparcamos el coche a un kilómetro y medio de la Vajol (al lado del restaurante Manrella) y con la emoción aún a flor de piel nos ponemos a caminar siguiendo la señalización. El camino es amplio y se interna en un bosque donde se alternan los alcornoques con los castaños. A pocos metros del Coll de Lli el camino continúa hacia el Santuari de la Mare de Déu de les Salines y un estrecho sendero se desvía por la derecha hacia el Coll de Lli.
Inicio de nuestra ruta de hoy.
Caminamos con las emociones a flor de piel.
Subiendo entre el bosque de alcornoques y castaños.
Sendero hacia el Coll de Lli.
Durante todo el camino de subida hemos ido comentando lo increíble que resulta que este mismo paisaje, tan tranquilo y bonito, fuera testigo hace ochenta años de la tragedia que supuso la guerra y el exilio. En el Coll de Lli una valla para el ganado marca la frontera, en el lado español un plafón del Museu Memorial de l'Exili explica la historia de aquel 5 de Febrero y en el lado francés una placa conmemorativa recuerda el paso de los presidentes.
Coll de Lli, frontera entre dos estados.
Con un pie en Francia y el otro en España.
Placa conmemorativa en la banda francesa del Coll de Lli.
Empezamos la bajada hacia Les Illes.
Al cruzar la frontera se nos hace difícil imaginar los sentimientos que debieron tener aquellos que lo hicieron hace ochenta años, es tan solo un simple paso pero el significado del mismo es abrumador, dejaban atrás su país, su familia, sus amigos... y todo eso cargando con el peso de la derrota y de tantísimos muertos. Testigo de ese 5 de febrero de 1939, Alexandre Deulofeu escribió:
Pugem per un estret caminal per dins d’un bosc d’alzines sureres i en pocs minuts arribem a la carena. Ens girem. Als nostres peus es desplega el paisatge meravellós de la nostra estimada Catalunya. Qui ho diria, d’aquí dalt estant, que en aquests moments passes una de les tragèdies més grosses que han presenciat els segles!. [...] Fa un d’aquells dies meravellosos d’hivern característics de la nostra terra. El sol il·lumina amb mil tonalitats la nostra plana empordanesa. Ens quedem uns moments extasiats i donem adéu a Catalunya.
Memòries de la revolució, de la guerra i de l’exili.
El camino empieza a bajar entre el hayedo de la ladera norte hasta que la valla que va paralela al camino cierra el paso, en ese punto nace un sendero señalizado que lleva directamente a Les Illes. Justo a la entrada del pueblo se encuentra el Hostal dels Trabucayres. Según he leído, cuando Companys pasó por aquí la dueña le preparó un bocadillo de tortilla que no pudo pagar ya que no llevaba dinero.. en Les Illes dicen que los catalanes aún les debemos una tortilla.
Al fondo aparece la llanura del Rosselló.
Sendero de bajada por la Ribera de Les Illes.
Llegando a Les Illes.
El Hostal dels Trabucayres.
Paramos un rato para reponer fuerzas tranquilamente sentados en un banco al lado de la parada de autobuses, donde damos buena cuenta de un bocadillo de tortilla que nosotros sí hemos traído y no dejamos a deber. Ahora toca subir hacia el Coll de Manrella para volver a cruzar la frontera, los primeros kilómetros son por las calles de una zona residencial hasta llegar al Cortal del Batlle, donde ya se sigue por un camino sin asfaltar y con una pendiente muy suave que finalmente enlaza con la carretera que sube desde La Vajol. En el mismo collado, en la banda francesa, se encuentra el monumento a Lluis Companys erigido el año 1981, este es otro de los puntos emotivos de este recorrido.
Monumento a los exiliados republicanos en Les Illes.
El Cortal del Batlle.
Camino hacia el Coll de Manrella.
Monumento a Lluis Companys en el Coll de Manrella.
Comenzamos el descenso hasta el punto de partida y enseguida dejamos la carretera para seguir por el camino que lleva hasta la masía de Can Quera. Conforme bajamos los castaños van dejando paso a los alcornoques, justo antes de llegar a Can Quera tomamos un desvío que nos lleva hasta el punto de inicio. Al poco de pasar el desvío vemos un roble realmente impresionante, por el grosor del tronco le calculo que su edad deberá rondar los doscientos años fácilmente o incluso más. El camino hace una última y corta subida a través de un alcornocal que nos deja en el punto de inicio, además del tamaño de los alcornoques llama la atención que todos están ligeramente inclinados por efecto de la tramuntana.
Castaños de bajada hacia Can Quera.
Una piedra en el camino...
Camino de Can Quera a Can Barris.
Roble más que centenario en el Bosc de Can Quera.
El tamaño del tronco es impresionante.
Alcornoques cerca del final de nuestra ruta.
Tras esta excursión uno no puede por menos que reflexionar acerca de la historia y como es aceptada por unos y otros. Mientras Alemania (Helmut Kohl) y Francia (François Mitterrand) pidieron perdón en 1990 de manera oficial, por haber colaborado en la detención y deportación de Lluís Companys, la justicia española aún se niega a declarar nulos este y todos los juicios sumarísimos de la posguerra... tan solo una mísera declaración emitida por el Consejo de Ministros del 21 de Diciembre de 2018, en que se condena el consejo de guerra que decidió la ejecución del President de la Generalitat y se le restaura su honorabilidad... ¡Así nos va hoy en día!.
Distancia: 7,3 Km.
Desnivel acum.: +337 mts. -337 mts.

domingo, 3 de marzo de 2019

Vinseum. Exposición SIRENI&CO, de quan el Penedès era Mar

El Vinseum de Vilafranca del Penedès ha organizado estos días una exposición sobre el que, posiblemente, es el fósil más destacable de su amplia colección (cerca de 5.000 ejemplares): el Metaxytherium catalaunicum. La exposición está situada en la capilla de Sant Pelegrí (S.XIV ), la capilla del primitivo convento de la Santísima Trinidad, es de estilo gótico - muy sencilla - con una sola nave cubierta por arcos de diafragma apuntados, el 6 de Octubre de 1934 fue incendiada y solo se salvaron las paredes y los arcos. A pesar de todo aun se pueden ver algunos restos de la decoración pictórica.
SIRENI&CO, de quan el Penedès era mar.
Fachada de la capilla de Sant Pelegrí.
Vista general del interior.
Restos de la decoración pictórica en los arcos.
El fósil motivo de la exposición fue encontrado en el Mas Romeu (Olèrdola) el año 1869 y corresponde a parte de las costillas y el cráneo prácticamente entero de un sirenio... vamos, un manatí o un dudongo pero bastante más grande. A partir del tamaño del cráneo se estimó que debía medir unos 369 centímetros de largo y pesaba alrededor de los 930 Kgs. Una recreación del mismo a tamaño real preside la exposición y permite apreciar el tamaño de este mamífero acuático.
Plafón con la historia del hallazgo y su recuperación.
Reproducción a escala real del sirenio.
Fragmentos de las costillas.
El cráneo prácticamente entero.
Completa la exposición una muestra de fósiles marinos, provenientes del fondo propio del Vinseum, y que permiten poner en contexto el sirenio. Cada vitrina muestra fósiles pertenecientes a cada uno de los diferentes ecosistemas que había en el Penedès hace 16 millones de años.
Ecosistema de zonas costeras.
Ecosistema de los manglares.
Ecosistema de los escudos de coral.
Ecosistema de zonas profundas.
Es una exposición muy bien presentada y, según nos comentan, cuando esté terminada la ampliación del Vinseum esperan poder exponer de forma permanente una selección más amplia de la colección de fósiles que, hoy por hoy, está en el almacén.