domingo, 28 de junio de 2009

Vía Estasen al Calderer, escalando la historia.

La vía Estasen al Calderer (2.493 msnm) no es una vía de escalada cualquiera, en realidad es más bien una ruta, la primera que superó los casi 700 metros de la cara norte del Pedraforca. Las dificultades no superan en ningún momento el IV grado y en bastantes tramos se puede progresar en ensamble. Sin embargo, escalarla supone seguir los pasos de uno de los grandes pioneros de la escalada en Catalunya, Lluis Estasen i Pla (1.890-1.947).
Para poder poner en valor esta ascensión hay que situarse en el año 1.928, cuando Josep Puntas, Josep Rovira, Jofre Vila y Lluis Estasen abrieron esta vía. Entonces una excursión al Pedraforca desde Barcelona se podía considerar casi como una expedición. El viaje en tren y autobuses por carreteras destartaladas llevaba, en el mejor de los casos, un día completo. La ropa, el calzado y el material de escalada era escaso, rudimentario y sobre todo... ¡tremendamente pesado!.
Mi hijo Francisco y yo, montañeros del siglo XXI, dormimos comodamente en el Refugi Lluis Estasen y salimos a primera hora después de desayunar. Todo el recorrido está marcado por unas horribles flechas de color verde, que sí que facilitan el acceso, pero la verdad es que podían haber elegido una señalización algo más discreta. La primera dificultad es un diedro bastante pulido (IV) que da acceso a la faja herbosa que lleva al collado del Dit de Riambau. Aquí suele haber una cuerda fija, por lo que lo superamos sin problemas y enseguida nos plantamos en el collado donde realmente empieza la vía.
Diedro de acceso a la faja herbosa.
En la faja herbosa que lleva al Dit de Riambau.
En el collado del Dit nos encordamos. Además de cintas expres y bagas llevamos algunos fisureros por si acaso. Tambien llevamos unos walkies que resultan muy útiles para no tener que desgañitarse intentando comunicarnos entre reuniones. A lo largo de la vía vamos encontrando algunos pitones, lo mismo que en las reuniones.
Como suele ser habitual nos vamos alternando los largos, de esta manera escalamos más rápido ya que cada uno hace dos largos seguidos. Empiezo yo con el primer largo desde el collado del Dit de Riambau, es una entrada muy elegante por un diedro a la derecha del espolón. La primera reunión la montamos en un pino que soporta estoicamente el paso de tantos y tantos escaladores.
El Dit de Riambau.
A Francisco le toca el segundo largo (III+).
El segundo largo, algo más sencillo, lo abre Francisco. En todo momento hay que tener cuidado con las posibles piedras sueltas que pueden hacer mucha pupa al que está debajo. Un tercer largo precioso por unas placas fisuradas, en las que disfruto mucho, nos deja en la reunión antes del mítico Flanqueo de Estasen, debajo de una zona extraplomada que cierra el paso por arriba.
¡Cuidado con las piedras!
En las placas del tercer largo (IV).
El Flanqueo de Estasen es sencillamente espectacular, aereo, delicado... una pequeña joya que le da al itinerario ese punto de incertidumbre y aventura que le caracteriza. Cuesta imaginar como se les ocurrió probar esta opción a los aperturístas, ya que hasta que no se supera el espolón no se ve absolutamente nada del otro lado. La repisa por la que se progresa se va haciendo cada vez más estrecha hasta que se sale al otro lado, donde se vuelve a ensanchar y se llega al inicio del Jardinet.
El espectacular "flanqueo de Estasen" (IV).
La Canal de Riambau y el Pollegó Superior.
Subimos en ensamble por el Jardinet hasta una arista intermedia donde tenemos la tontería del día, a Francisco se le cae el walkie que baja rebotando por el Jardinet. Por suerte solo cae un centenar de metros y, sorprendentemente, sigue funcionando a pesar de algunos daños en la carcasa. La vista sobre la Canal de Riambau y el Pollegó Superior es impresionante, te sientes inmerso en el ambiente de una gran pared.
Un flanqueo sin mucha dificultad lleva de la arista intermedia a una canal que sube hacia la izquierda, el itinerario original la recorre en su totalidad pero las marcas verdes nos llevan a la variante actual. Un precioso diedro fisurado, que Francisco supera sin despeinarse, nos deja al pie de unas canales antes de la zona, facil pero descompuesta, que lleva a la cima del Calderer.
Francisco superando el diedro fisurado (IV).
En las canales de salida (III).
En este tramo final volvemos a progresar en ensamble hasta la cima del Calderer. Tras la foto de rigor y contentos de haber completado este itinerario mítico iniciamos el descenso hacia la enforcadura. Las canales que bajan hacia la Enforcadura están equipadas con cadenas, pero nosotros preferimos montar rapeles ya que nos resulta mas seguro que bajar a fuerza de brazos.
El último tramo descompuesto antes de la cima.
Cima del Calderer
Solo nos queda bajar la tartera, resulta pesada como siempre pero ya no nos importa y bajamos de un tirón hasta el Mirador de Gresolet. donde tenemos aparcado el coche.
Bajando por la tartera de la Enforcadura.
De vuelta al Refugi Lluis Estasen.
Ha sido un día estupendo, escalando la historia del montañismo, en un ambiente de aventura que nos deja ganas de volver a repetir esta ruta algún otro día.