sábado, 16 de julio de 2011

Aneto (3.404 msnm) por Coronas

Este año se nos ha dado fenomenal a Francisco y a mi, primero fue el Mulhacén con esquís, hace un mes el Posets, y hoy intentaremos cerrar la trilogía con el Aneto, el rey del Pirineo. Dormimos en un porche en el Plan de Senarta y antes de las seis de la mañana estamos los primeros en la parada del autobús que sube hasta el Puente de Coronas, en el valle de Vallibierna.
El día se ha levantado gris y con unas nubes bajas que nos hacen dudar de la previsión meteorológica. Confiamos ciegamente en la ciencia y empezamos a subir por el valle de Coronas. Cuando llegamos al Ibón Superior de Coronas aún no se han disipado las nubes, ni nuestras dudas, pero aún así continuamos subiendo. Poco a poco nuestra fe ciega en la ciencia se ve recompensada y las nubes nos dejan ver por fin nuestro objetivo.
Las nubes aún no nos dejan ver la cima.
Parece que quiere ir despejando.
Primeras rampas de nieve.
El Collado de Coronas ya muy cerca.
El corredor Estasen ya falto de nieve.
En el Collado de Coronas.
Cuando llegamos al Collado de Coronas vemos que aún no ha llegado el grueso de gente que sube desde La Renclusa. Apuramos un poco el ritmo para poder pasar el Puente de Mahoma sin aglomeraciones, pero al final no nos libramos del típico atasco... ¿donde habrá dormido toda esta gente o a que velocidad han subido?.
Superando los restos agonizantes del glaciar del Aneto.
Superando la Punta Oliveras.
Aglomeración en el Puente de Mahoma.
en la cima aparece el sol por fin.
Listos para empezar a bajar.
El Posets a lo lejos, hace un mes estábamos ahí.
Panorámica de la cresta del Collado de Coronas al Collado Maldita, la Maladeta Oriental y la cresta de los Portillones.
En la cima por fin se deja ver el sol y nos estamos un buen rato disfrutando del paisaje, a lo lejos vemos el Posets, donde estábamos hace un mes. La bajada la hacemos por la vertiente de Aiguallut, en dirección a la minúscula Basa de Salterillo, siempre la había visto desde arriba pero nunca había pasado por ahí.
La romería que sube desde La Renclusa.
La bajada hasta el Plan de Aiguallut
El rey del Pirineo.
La Basa de Salterillo.
Tras el habitual descanso al sol en el Plan de Aiguallut, seguimos bajando hasta La Besurta donde cogemos el autobús que nos lleva de vuelta al Plan de Senarta.
El Plan de Aiguallut.
El pico Salvaguarda al fondo.
Nos despedimos del Aneto.
Quizás la foto más emblemática del Aneto.
Con esta ascensión completamos un bonito trío de cimas en la misma temporada, la más alta de la península y las dos más altas el Pirineo.

domingo, 12 de junio de 2011

Posets (3.375 msnm) por Eríste

El Posets o Punta de Llardana es la segunda cima más alta del Pirineo, por detrás del Aneto (3.404 msnm) y superando por muy poquito al Monte Perdido (3.355 msnm). Esta vez nos juntamos Francisco, Josep y yo, con la intención de subir por la ruta más habitual por el valle de Eríste.
Como hemos logrado plaza en el refugio Ángel Orús vamos ligeros de peso, por lo que la subida desde el aparcamiento de Espingatosa la hacemos a buen ritmo, en unas tres horas estamos en el refugio.
El río Eríste a la altura del puente de Espingatosa.
Preparándonos para subir al refugio.
El barranco que baja del Ibón de Eríste.
El valle de la Aigüeta de Grist o de Eríste desde el refugio.
A primera hora de la mañana estamos listos para partir, empezamos la subida y enseguida un perrillo la mar de cariñoso se nos une. A lo mejor piensa que somos una posible fuente de golosinas, o está aburrido y quiere compañía, pero el caso es que nos seguirá todo el día... ¡hasta la misma cima y de vuelta al refugio!. En las primeras manchas de nieve nos tenemos que calzar los grampones para enfilar por la Canal Fonda hasta alcanzar el Collado del Diente de Llardana, donde hacemos un buen descanso.
Amanece un buen día.
Este perrillo nos acompañará todo el día.
La cresta del Forcau Alto y el Forcau Bajo.
El Diente de Llardana sobre la entrada a la Canal Fonda.
Josep en la Canal Fonda.
Al fondo aparece el Collado del Diente de Llardana.
El Diente de Llardana (3.085 msnm).
Descanso en el Collado del Diente de Llardana.
En el Collado del Diente de Llardana el paisaje se abre sobre el valle del Forau de la Neu, dominado por el Posets y el Pico Espadas. Como estamos a los inicios de la temporada de verano una amplia pala de nieve nos facilita la subida hasta la Espalda del Posets. El resto de la subida, siguiendo la cresta, no se puede calificar ni tan solo como una trepada aunque en algún punto hay que vigilar donde se ponen los pies.
Subiendo hacia la Espalda de Posets.
llegando a la Espalda de Posets.
La cresta del Espadas desde la Espalda de Posets.
Últimos metros hasta la cima por la cresta.
El valle del Forau de la Neu.
El Pico de Espadas (3.332 msnm).
Como no podría ser de otra manera, las vistas desde el segundo punto más alto del Pirineo son espectaculares... desde el Monte Perdido y el Vignemale hasta el Aneto y las Maladetas. La foto de rigor, un buen descanso y empezamos la bajada.
Panorámica hacia el Monte Perdido (3.355 msnm), el Vignemale (3.298 msnm) y el Neouvielle (3.091 msnm).
En la cima del Posets (3.375 msnm).
Maladeta (3.308 msnm) y Aneto (3.404 msnm).
Nuestro amigo peludo sigue con nosotros.
Por el camino de vuelta.
Bajamos por el mismo itinerario y nuestro simpático amigo peludo nos acompaña hasta el refugio, donde decide que ya está bien de caminar por hoy. El resto de la bajada por el bosque nos permite disfrutar de todas las tonalidades de verde de este inicio de verano.

lunes, 18 de abril de 2011

Mulhacén (3.483 msnm) con esquís

Recuerdo que hace muchos años, cuando mis padres nos llevaban a Granada por Semana Santa a visitar a la familia, me quedaba mirando la magnífica vista de Sierra Nevada desde el balcón de la casa de mi abuelo. También recuerdo leer cada vez, año tras año, el mismo libro sobre Sierra Nevada que tenía mi abuelo. Estaba ilustrado con muchas fotos, y siempre me hacía imaginar como sería la aventura de subir el techo de la península.
Después de tantos años por fin se presenta la oportunidad de realizar ese viejo anhelo. Salimos de casa muy temprano, a las cuatro de la mañana, por delante tenemos casi 900 kilómetros... unas diez horas de coche. Nos vamos alternando Francisco y yo al volante cada dos horas, y hacemos todo el viaje "non-stop" hasta el pueblo de Capileira en la Alpujarra. De Capileira sale una pista forestal que lleva hasta el área recreativa de la Hoya del Portillo, donde aparcamos y empezamos la subida al refugio.
Desde la Hoya del Portillo al refugio de Poqueira hay unos 8,5 kilómetros de distancia con un desnivel de 350 metros, todo la subida lo hacemos con los esquís a la espalda. Poco antes de llegar al refugio a Francisco se le despega la suela de una de las botas... ¡que mal inicio!. Por suerte en el refugio tienen pegamento de contacto y podemos reparar la bota durante la tarde.
En la Hoya del Portillo.
Camino al refugio Poqueira.
El Veleta.
Tranquilo atardecer en el refugio.
De la poca gente que hay en el refugio, somos los únicos que vamos a subir y nos han dejado el desayuno preparado para que podamos salir a primera hora. Nos ponemos en marcha de amanecida, y al llegar al barranco del río Mulhacén ya nos podemos calzar los esquís. Al final del barranco se llega al Circo de La Caldera donde hay un refugio de emergencia que nosotros pasamos de largo. Continuamos subiendo a media pendiente hasta llegar al Collado del Ciervo, donde nos alcanza el sol. El paisaje que se abre en el collado es increíble, tal y como imaginaba de pequeño... La Alcazaba, el Puntal de Siete Lagunas, el Veleta, el Cerro de los Machos, y encima nuestro el Mulhacén. 
Empezando la subida por el barranco del Mulhacén.
Llegando al circo de La Caldera.
El Mulhacén desde el Collado del Ciervo.
Alcazaba (3.369 msnm) y Puntal de Siete Lagunas (3.316 msnm).
El barranco del río Mulhacén.
El Veleta (3.327) y el Cerro de los Machos (3.327 msnm).
Ya solo nos queda superar los algo más de trescientos metros de la ladera oeste, para llegar al techo de la península. La nieve se mantiene dura pero con las cuchillas se progresa sin problemas, en los últimos metros antes de la cima nos quitamos los esquís, un poco más y por fin... ¡un viejo anhelo realizado!. Estamos completamente solos en la cima, algo realmente excepcional.
En la pala oeste entre el Collado del Ciervo y la cima.
Dejamos los esquís a pocos metros de la cima.
Llegando a la cima.
¡Un viejo anhelo realizado!
En el techo de la Península Ibérica, Mulhacén (3.483 msnm).
El Mulhacen II (3.362 msnm).
Los días claros se puede ver el Mediterráneo y la costa africana, pero hoy unas nubes que suben por la ladera sur nos tapan el paisaje. Como no conocemos la meteorología de la zona no sabemos como evolucionarán, por lo que no nos estamos mucho rato en la cima y emprendemos el descenso. En la primera mitad de la pala la nieve aún se mantiene dura, pero más abajo ya aparece esa fina capa de nieve transformada que tanto nos gusta y que permite disfrutar de la bajada, casi sin hacer paradas, hasta que nos hemos de quitar los esquís muy cerca del refugio. Un breve descanso en el mismo y seguimos bajando de un tirón hasta el coche.
Francisco en el inicio de la bajada con la nieve aún dura.
¡Poco más abajo la nieve está en su punto!
Cabras montesas alrededor del refugio.
El Veleta desde el camino de vuelta.
Camino a la Hoya del Portillo, entre las nubes aparecen el Veleta (3.396 msnm) y el Mulhacén (3.483 msnm).
Ya de vuelta en casa, busco el porqué del nombre Mulhacén y descubro una bonita historia de amor:
Cuenta la leyenda que el sultán nazarí Muley Hassem se enamoró de Isabel de Solís, doncella de la Sultana Aixa. La convirtió en su favorita y la llamó Zoraya, que quiere decir "Lucero de la mañana".
En represalia a su amor, la sultana provocó el enfrentamiento entre su linaje (los abencerrajes) y el del sultán (los cegríes), llevando al reino de Granada a una guerra civil que lo asoló.
El viejo Muley Hassem tuvo que partir al exilio, pero durante la marcha cayó mortalmente enfermo en el castillo Mondujar, donde falleció. Tras su muerte la desolada Zoraya llevó su cuerpo al pico más alto del reino que, a partir de entonces, lleva su nombre.