Al final del valle de Remuñe se encuentra la Tusse de Remuñe, uno de esos tresmiles algo olvidados, eclipsado por los gigantes que le rodean: Aneto, Maladeta, Perdiguero, Posets... Paso la noche en el aparcamiento que hay al final de la carretera que termina sobre los Llanos del Hospital y me pongo a caminar a las seis de la mañana, la primera parte del valle la recorro aún de noche, con la ayuda del frontal. No es hasta poco antes de la Pleta d'Es Capellans que empieza a amanecer y en ese momento se pone a llover, muy poco, pero lo justo para hacerme dudar de continuar; le doy un voto de confianza a las previsiones y sigo subiendo, afortunadamente la lluvia no va a más y poco a poco va despejando el día.
Una vez superado el último estrechamiento del valle, el sendero va subiendo por la ladera de la izquierda (derecha orográfica) dejando abajo Es Arenals de Remuñe para perderse entre un caos de rocas en el que hay ir buscando las fitas para alcanzar el amplio Portal de Remuñe, aquí se abren las vistas sobre el Ibón Blanco de Literola y el Pico Perdiguero, aún cubierto por las nubes. A la derecha se alza imponente la Forca de Remuñe, que rodeo por la izquierda para volver a alcanzar la carena que termina en la Tusse de Remuñe.
Esta vez me quedo un buen rato en la cima mientras termina de despejar el día hasta quedar totalmente soleado, lo que me permite admirar todas las cimas que me rodean. La bajada la hago por el mismo itinerario que la subida, al principio buscando las fitas entre los bloques de roca y luego siguiendo el sendero por el fondo del valle, mientras disfruto del paisaje que no he podido ver a la subida.
Tiempo: 9 hrs. 16 min.
Desnivel acum.: +1.259 mts. -1.259 mts.