sábado, 25 de febrero de 2023

Turismo en la Terra Alta (II), Pinell de Brai y Castell de Miravet

En nuestro segundo día en la Terra Alta vamos a visitar la otra catedral del vi de la comarca: el Celler Cooperatiu de Pinell de Brai. Al igual que el de Gandesa es obra de Cesar Martinell y fue construido en 1.922 en clara competencia con el de Gandesa. De la gran fachada destaca el friso de cerámica con alegorías humorísticas acerca del mundo del vino obra del pintor Xavier Nogués, aunque se encargó antes del estallido de la Guerra Civil no fue colocado hasta que se pudo pagar en 1.949.
Durante la Guerra Civil la bodega fue usada como polvorín y sufrió una explosión que afectó a parte de la nave de la derecha. Para evitar mayores daños se optó por sacar todas las tejas de la techumbre y así confundir a los aviones haciéndoles pensar que el edificio ya estaba en ruinas.
Fachada principal.
Reunión de cazadores.
La vendimia.
Preparando los toneles.
Marquesina de recepción de uva.
Fachada lateral de la nave del molino de aceite.
Detalle de una de las troneras de ventilación.
Enrejado de las ventanas.
Una de las puertas de la nave central.
Portón de madera de la nave izquierda.
Vale la pena apuntarse a la visita guiada, ya que te van explicando en detalle cada una de las nave, su arquitectura y su función. En la nave central tienen instalado un "juego de los olores", en el que has de adivinar que olor se esconde en cada uno de los recipientes... ¡es muy distraído!
Al igual que en Gandesa la parte más espectacular de la visita es cuando se pasa por la parte superior de las tinas de cemento, donde se puede admirar el entramado de arcos que soportan los tejados. Así como en Gandesa el tejado es de bóvedas de volta catalana, aquí se soporta mediante arcos de diafragma parabólicos, también en ladrillo visto.
Una tartana y un carro de vendimia.
Antigua prensa contínua.
La nave central.
Juego de los olores.
Ventanas con forma de botella.
Escalera de clara inspiración gaudiniana.
Arcos parabólicos de la gran nave central.
Nervaduras y arcos de la nave lateral.
Detalle del trabajo en ladrillo de los arcos.
Es como un bosque de ladrillo.
Tras un buen rato admirando el trabajo de arquería en ladrillo, la visita pasa por una pequeña sala dedicada a las barricas -cubierta con unas elegantes bóvedas de volta catalana en ladrillo visto- y la sala de elaboración del aceite con un gran molino y las prensas de extracción. La visita concluye con una degustación de seis vinos de la cooperativa en la sala de recepción de visitas. Nosotros además habíamos reservado para comer en el restaurante de la bodega, por lo que la visita se alargó bastante más.
Nave destinada a las barricas.
Bóvedas de volta catalana.
El molino de aceite.
Prensas hidráulicas de aceite.
Cata de vinos en la sala de recepción de visitas.
Restaurante en la planta superior.
Como todos los pueblos de la zona, Pinell de Brai también mantiene vivo lo que supuso la Batalla del Ebre. Aún hay algunas casas derruidas y el recuerdo de la guerra está presente en todas partes, dada su cercanía al frente de la Serra de Pandols y de Cavalls, el mas cruento de toda la batalla.
Iglesia de Sant Llorenç de Pinell de Brai (S.XVIII).
Monolito en memoria a los pinellans muerto en la Guerra Civil.
Callejas del casco antiguo.
Arco del Carrer del Castell.
Mirador de la Lleva del biberó.
La Serra de Pandols desde el mirador.
Las Cases Penjades.
Alguna de las casas derruidas por los bombardeos.
En el viaje de vuelta aprovechamos para visitar el Castillo de Miravet. Es un castillo templario edificado sobre una fortaleza andalusí. A partir de la conquista de Miravet en 1.153 por Ramon Berenguer IV fue la sede de la provincia templaria de Catalunya y Aragón hasta la desaparición de la Orden del Temple en 1.307, aunque la fortaleza resistirá un asedio de un año de duración antes de capitular. Pasó a ser propiedad de la Orden del Hospital y entre los S.XVII al XIX se amplió y remodeló para adecuarlo al uso de la artillería. En todas las guerras que se han ido sucediendo a lo largo de la historia, la Guerra dels Segadors, la Guerra de Sucesión, la Guerra del Francés, las Guerras Carlistas y la Guerra Civil, este castillo ha tenido una gran importancia estratégica.
La visita (5 €) la hacemos siguiendo el plano-guía, primero por el recinto inferior o jussà, para pasar luego al recinto superior o sobirà. El primero es el más reciente y está construido pensando en el uso de la artillería, mientras que el segundo es el original templario y totalmente medieval. La iglesia se sitúa en el corazón del recinto jussà, de estilo románico y totalmente desprovista de ornamentación -como corresponde a la regla de la la Orden del Temple- toda su decoración se reduce a los dos capiteles del arco del ábside y unas cruces templarias grabadas en los muros.
Castell de Miravet.
Camino bajo las murallas.
Camino de acceso defendido por la Torre del Tresor.
La pequeña puerta de acceso.
El recinto superior o jussà.
Las caballerizas.
Vista sobre el Ebre y la Esglesia Vella de Miravet.
Portal de acceso al recinto jussà.
El aljibe del castillo.
Plaza de armas del recinto sobirà.
El refectorio.
Portal de acceso a los almacenes.
Restos de una prensa de vino.
La sala de preparación de la pólvora.
Galería de acceso a la iglesia.
Interior de la iglesia, austeridad absoluta.
Vista hacia los pies de la iglesia.
Cruz templaria grabada en uno de los muros.
Capitel izquierdo.
Capitel derecho.
Pequeña hornacina en el ábside.
El gran muro del lado oeste.