sábado, 28 de abril de 2018

Ruta del Ter, del Tren Petit y del Feliuet

Hoy hemos quedado en Girona para hacer una ruta de dos días por el Empordà y la Selva. Esta zona es de las que mejor preparadas están de cara al cicloturismo, además de las rutas principales (Ruta del Ter, Pirinexus, Vías Verdes del Carrilet I y II...) hay multitud de carriles-bici señalizados, el relieve es suave... vamos, un paraiso para el ciclista salvo cuando sopla la Tramuntana.
Desde el Parc de la Devesa, donde aparcamos los coches, hasta Sarrià de Ter, vamos alternado carril-bici con calles. A la salida del pueblo toca circular un pequeño tramo por la N-IIa, afortunadamente hay un arcén lo suficientemente ancho como para no sufrir con el tránsito. Una vez empalmamos con el camino de la Ruta del Ter solo hay que ir siguiendo las señales de la misma por el margen izquierdo del río, alternado el bosque de ribera con campos de cultivo, no hay pérdida.
El Ter en el Parc de la Devesa.
Es día de mercado en La Devesa.
La señalización que vamos a seguir.
Caminos bien arreglados y suaves.
En Cervià de Ter damos un pequeño rodeo y paramos al lado de la iglesia del Monasterio de Santa María de Cervià (S.XIV). Mientras descansamos me hago el firme propósito de venir algún día a visitar el pueblo con calma, las dos veces que he pasado por aquí ha sido en bicicleta y tan solo hemos parado a descansar.
La Torre de les Hores en Cervià de Ter.
Curioso dintel del antiguo Hospital de la Vila.
Ábsides de la iglesia de Santa María de Cervià.
Claustro de Santa María de Cervià (S.XIV).
El siguiente tramo de la ruta discurre por enormes plantaciones de chopos para celulosa. En general el camino está bien, pero en algunos tramos se nota el tránsito de la maquinaria pesada para las explotaciones, no siempre se preocupan de mantener el camino en condiciones y hay que ir con algo de cuidado. A la altura de Sobràniges cruzamos a la otra orilla del Ter por un vado y empalmamos con un corto tramo de carretera hasta Sant Llorenç de les Arenes, donde se continúa por caminos asfaltados en un entorno casi bucólico.
Inmensas plantaciones de chopos.
La Passera de Sobrànigues sobre el Ter.
Molí d'en Vinyals.
Campos de colza en flor... ¿serán ilegales?
En la Resclosa de Colomers cambiamos nuevamente de orilla por un bonito puente metálico y nos internamos en una zona eminentemente agrícola, al fondo ya aparece la silueta del Montgrí con su castillo en la cima. Ahora vamos encarados directo al mar y no tenemos la protección del bosque de ribera, con lo que la marinada se hace notar soplándonos totalmente de cara y dificultando el avance. De todas maneras no es nada comparable a cuando sopla la Tramuntana tan habitual en esta zona.
Foto de grupo en la Resclosa de Colomers.
Llegando a Jafre.
El Montgrí desde el Pla de la Tallada.
Tramo final del Ter entre Torroella y la Gola.
En Torroella de Montgrí cambiamos por última vez de orilla para situarnos otra vez en el margen derecho, que es el que nos corresponde para poder seguir ruta hacia Pals y Palafrugell. Seis quilómetros y La Platja de la Fonollera en la Gola del Ter nos regala unas vistas preciosas sobre las Illes Medes, el Montgrí y l'Estartit. Reculamos un poco y tomamos los caminos que van bordeando la zona de Mas Pinell y el camping Delfín Verde.
!La Gola del Ter a la vista!
La Platja de la Fonollera con las Illes Medes al fondo.
El Montgrí desde la Gola del Ter.
Roca Maura y l'Estartit desde la Gola.
Una parada a la sombra, al lado de un carril-bici, para comer un bocadillo y continuamos. Por caminos agrícolas con abundante señalización llegamos a la zona de los arrozales de Pals, que aún no han inundado. Cruzamos la C-31 y un camino asfaltado nos deja a los pies del pueblo de Pals, no llegamos a subir a la parte más antigua y lo bordeamos por el lado de mar.
Carril-bici camino a Les Basses d'en Coll.
Los arrozales de Les Basses d'en Coll, aun sin inundar.
Llegando a Pals.
Por las callejas de Pals.
De Pals nos encaminamos hacia Palafrugell, en todo momento vamos siguiendo los indicadores y tan solo tenemos un momento de duda al cruzar de nuevo la carretera C-31. El track que llevamos nos indica por un camino que se encuentra cerrado con una cadena, un cartel nos advierte de que es un camino particular. Obviamos la prohibición y pasamos igualmente, enseguida nos deja en un camino asfaltado que ya no se deja hasta llegar a Palafrugell.
Al entrar a Palafrugell vamos siguiendo los cariles-bici hasta casi el centro del pueblo, la señalización en Palafrugell deja bastante que desear pero finalmente encontramos los indicadores de la Vía Verde del Tren Petit. Esta vía verde sigue el trazado del ferrocarril de vía estrecha (75 centímetros) que unía Banyoles con Girona y Palamós. Dependiendo del tramo era conocido como el Tramvia del Baix Empordà, el Tren Petit o el Tren Pinxo de Banyoles. Fue inaugurado el año 1.887 y se clausuró en 1.956.
Caminos arenosos y suaves entre bosques y campos.
Dejamos atrás Palafrugell.
Empezamos la Ruta del Tren Petit.
Vía Verde apta para todas las edades.
Bordeamos Palamós, siempre siguiendo los indicadores, hasta que decidimos acercarnos al paseo marítimo de la Platja de Sant Antoni de Calonge. Ya hemos hecho más de ochenta quilómetros y es cuestión de empezar a buscar un camping para dormir, llevamos la tienda de dos plazas pero decidimos darnos un lujo y buscar un bungalow para poder estar más cómodos. Finalmente terminamos en el Camping Treumal... una ducha, ropa limpia y cenamos en el bar del mismo camping.
Nuestras burras en la Platja de Sant Antoni de Calonge.
Paseo marítimo de Sant Antoni.
Esculturas a la orilla del Mediterraneo.
Final de etapa... ¡a descansar!
Cuando nos despertamos vemos que el día amenaza lluvia y, efectivamente, al poco rato empieza a llover con fuerza. Decidimos ir a desayunar al bar del camping y hacer algo de tiempo a ver si mejora el tiempo. Vamos consultando el radar meteorológico en el móvil hasta que parece que pasa el grueso de la precipitación, finalmente nos ponemos a pedalear a eso de las once de la mañana.
Hasta la entrada de Platja d'Aro no queda otro remedio que circular por la carretera C-253, supongo que en pleno verano el tránsito debe ser infernal, pero ahora no hay mucho. Es el único punto de toda la ruta en el que hay que tener cuidado, ya que tampoco hay un arcén suficientemente ancho para circular.
Amanece lloviendo a mares.
¡La que se nos viene encima!
A ver si hay suerte y no nos mojamos.
Entrada a Platja d'Aro.
En Platja d'Aro vamos a buscar el Passeig Marítim hasta la desembocadura del Ridaura, aquí empieza un carril-bici que lleva hasta Castell d'Aro donde se empalma con la Vía Verde del Carrilet II. El ferrocarril de vía estrecha de Girona a Sant Feliu de Guixols - conocido como El Feliuet - se inauguró el año 1.892, manteniéndose en servicio hasta el 1.969. El ancho de vía era de 75 centímetros como el Tren Petit, y se construyó pensando en el transporte de las manufacturas de la industria corchera hasta el puerto de Sant Feliu de Guixols.
El Passeig Marítim de Platja d'Aro.
Castell d'Aro, empalmamos con la Vía Verde del Feliuet.
Estación de Castell d'Aro.
Estación de Santa Cristina d'Aro.
El trazado es muy suave en todo el recorrido, tan solo hay algunas rampas un poco más pronunciadas poco antes de llegar a Llagostera. Señalización excelente, algunos tramos pavimentados e iluminados, un paisaje relajante... en resumen: una Vía Verde de cinco estrellas donde todo está pensado de cara al cicloturismo. Como quien no quiere la cosa nos plantamos en Llagostera y decidimos parar a comer.
Vía verde cinco estrellas.
Los alcornocales típicos de la zona.
Alguna rampa algo más fuerte antes de Llagostera.
Reponiendo fuerzas en Llagostera.
Con la tripa llena retomamos la ruta, por suerte Llagostera es el punto culminante de la etapa de hoy y todo lo que nos queda es de bajada o en llano. Mientras comíamos se ha despejado bastante el día y podemos disfrutar de bastantes ratos de sol hasta llegar a Cassà de la Selva.
La estación de Llagostera.
Y hace muchos años.
Ya estamos en la comarca de La Selva.
Estación de Cassà de la Selva.
A la salida de Cassà de la Selva los indicadores nos llevan a través de un polígono industrial hasta retomar otra vez el trazado original del Feliuet. Junto con el tramo inicial, este tramo es de los más feos del recorrido. De Cassà de la Selva a Quart son unos seis quilómetros que discurren entre campos de cereal y pequeños bosques, con un relieve suave y ondulado en todo momento. En Quart ya vemos a lo lejos la ciudad de Girona, aunque aún hace sol se van acercando unos nubarrones con muy mala pinta. Aceleramos para ver si nos libramos de mojarnos, cruzamos el Onyar y los últimos quilómetros hasta Girona los hacemos a toda velocidad.
Desde Quart ya se ve Girona.
Puente sobre el Onyar, ya estamos cerca.
De vuelta en Girona, parece que nos mojaremos...
Pero al final sale el sol en el Parc de la Devesa.
Nada más entrar a Girona parece que - como dicen en los cómics de Asterix - el cielo vaya a caer sobre nuestras cabezas, oímos tronar e incluso empiezan a caer algunos goterones, pero... inexplicablemente las nubes pasan rápidamente de largo y cuando entramos en el Parc de la Devesa vuelve a lucir el sol. Contra todo pronóstico, al final no nos hemos mojado ninguno de los dos días, hemos disfrutado mucho con esta ruta y quedamos con ganas de hacer mas recorridos por la zona.
Distancia: 130 Km.
Desnivel acum.: +403 mts. -403 mts.