domingo, 8 de noviembre de 2020

El Castell d'Olèrdola. 4.000 años de historia de Catalunya en el Penedès

Tal y como nos temíamos volvemos a estar en situación de confinamiento. Como hay que espabilarse con lo que tenemos en el municipio, decidimos acercarnos a visitar el Castell d'Olèrdola, sin duda alguna lo más conocido de nuestro municipio. Hacía bastante tiempo que no veníamos a visitarlo y queremos ver con calma todo lo que se ha ido excavando estos últimos años.
La montaña de Olèrdola ha sido ocupada, de forma más o menos continuada, desde la Edad del Bronce hasta bien entrado el siglo XX. El primer asentamiento protegido por una muralla data de los inicios de la edad del hierro (S.VIII-S.VI aC). Posteriormente fue ocupada por los cesetanos, uno de los pueblos íberos que ocupaba la zona costera catalana (S.V-VI aC), que aprovecharon la muralla ya existente.
En el siglo I aC los romanos la ocuparon a fin de controlar el territorio, y en especial la Vía Augusta que atravesaba la llanura del Penedès. De la huella romana quedan en Olèrdola tres grandes obras: la muralla, la cisterna (350 m3 de capacidad) y la torre de vigilancia situada en la cima. Todo el conjunto fue abandonado cuando la Pax Romana se extendió por el imperio.
La muralla romana del Castell d'Olèrdola.
El tramo de muralla y torre de levante.
Entrada al recinto protegida por dos torres.
La torre de poniente en forma de proa.
Cuadras medievales en el exterior del recinto.
Casi mil años más tarde, en la alta edad media, el recinto fortificado volvió a ser habitado como refugio seguro en la frontera con Al-Ándalus. Olèrdola fue "refundada" entre el 911 y el 937 por Sunyer, conde de Barcelona, quien hizo construir la muralla perimetral, las iglesias de Sant Miquel y de Santa María, y el castillo adosado a la atalaya romana. A mediados del siglo XI, en medio de la revuelta feudal contra el poder de los condes, tomó especial protagonismo el autoproclamado príncipe de Olèrdola, Mir Geribert, principal impulsor del levantamiento. A inicios del siglo XII, se inicia la decadencia de Olèrdola con el desplazamiento de la frontera hacia el sur.
En la parte superior del recinto estaba la zona militar, con el castillo. Inmediatamente debajo el área sagrada, con la iglesia y la necrópolis. La parte media era un área de actividad económica: prensa y bodega de vino, la cisterna romana de nuevo en uso, la cantera romana reabierta, y numerosos silos de grano. La parte adyacente a la muralla estaba ocupada por casas y talleres de artesanos. El resto de la población se fue extendiendo fuera de las murallas, hacia el Pla dels Albats, con la iglesia de Santa María y su necrópolis de tumbas antropomorfas, muchas de ellas infantiles. Esta distribución no deja de ser un reflejo de la estricta jerarquía de la sociedad medieval: nobleza, clero, artesanos y -abajo del todo- la pagesía.
Base de una prensa de vino (S.X-XI) cerca del Pla dels Albats.
Restos de la iglesia de Santa María en el Pla dels Albats.
Tumbas antropomórficas.
Una de las cruces que marcaban el límite de la sagrera.
Otra de las cruces grabadas en las rocas.
Una tumba infantil, los llamados albats.
Interior del ábside.
Millario romano reutilizado.
La entrada cuesta 5€ y en condiciones normales disponen de audioguías para realizar la visita. Con las restricciones actuales por el puñetero coronavirus, toca conformarse con los plafones explicativos que hay por todo el recinto. En la recepción hay un pequeño museo donde se pueden ver algunas de las piezas que se han encontrado, así como una completa explicación de la historia de este lugar tan emblemático.
La pequeña exposición de la recepción.
Diversas monedas encontradas en las excavaciones.
Cáliz y patena de peltre de una sepultura medieval (S.X-XI).
Muralla íbera, casi paralela a la romana.
El poblado íbero excavado hasta el momento
Parte de una tintorería/curtiduría íbera.
Restos de una casa medieval.
Calle medieval con escalones y desagüe central.
La muralla medieval de la banda este del recinto.
Iglesia de Sant Miquel, fue parroquia hasta 1884.
Portada muy simple con una bonita ventana geminada.
La nave única con arcos fajones y ábside cuadrado.
Detalle del capitel de la ventana geminada de la portada.
Arco del único ábside conservado de la iglesia prerrománica.
Ábside cuadrado prerrománico y tumbas antropomórficas.
La gran necrópolis medieval alrededor de la iglesia.
El castillo medieval adosado a la atalaya romana.
Interior de la atalaya romana.
Estado en que se encontraba en 1921 (J. Artigas i Carbonell).
Magníficas vistas sobre el territorio.
La cantera romana y silos medievales.
Unos de los muchos silos que se pueden ver.
Base de una prensa de vino medieval.
La gran cisterna romana.
Arqueta de decantación del agua de lluvia.
Uno de los actuales habitantes del lugar.
La vinculación del Castell d'Olèrdola con el excursionismo en Catalunya, ha sido siempre muy estrecha. Prueba de ello sería la celebración del V Aplec Excursionista de Catalunya el 1921, o los diferentes aplecs, excursiones y acampadas del Centre Excursionista Vilafranquí (predecesor del actual Centre Excusionista Penedès).

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