miércoles, 24 de septiembre de 2025

Puig Castellar (944 msnm) desde Torrebusqueta

Hoy me acerco a ver si ya se encuentran bolets por la zona de la Serra d'Ancosa y como aún no ha salido absolutamente nada, decido acercarme a Torrebusqueta y subir el Puig Castellar para aprovechar el viaje y la mañana. Es un recorrido sin complicaciones y por terreno ya conocido, todo pista forestal hasta el Coll del Corral y la cima del Puig Castellar, afeada por las antenas de telefonía.
Esta vez casi que no paro en la cima, lo justo para hacer unas fotos y observar que el Pirineo luce una primera y ligera nevada otoñal. La bajada la hago toda por senderos con un pequeño desvío al poblado íbero del Castellar, únicamente hay que tener cuidado de elegir el sendero correcto para bajar sin problemas y no acabar bloqueado por la vegetación.
Vistas sobre el valle de La Llacuna.
Coll del Corral.
Las antenas del Puig Castellar.
Cima del Puig Castellar.
Vistas hacia Montserrat desde la cima.
Poblado íbero del Castellar.
Bajada por senderos entre el bosque.
El Puig Castellar llegando a Torrebusqueta.
Torrebusqueta ya a la vista.
De vuelta al punto de partida.
Distancia: 5,2 Km.
Tiempo: 1 hrs. 29 min.
Desnivel acum.: +266 mts. -266 mts.

jueves, 11 de septiembre de 2025

Paseando por el Ariege: Foix y Saint-Lizier

Château de Foix

Ya desde lejos el Castillo de los Condes de Foix destaca dominando el pueblo homónimo. Situado en un risco de más de 60 metros sobre el pueblo, las primeras noticias del mismo se remontan al S.XI, sobre un castrum de la época romana. Este castillo sufrió unos cuantos asedios a lo largo de su historia, aunque únicamente fue conquistado en una ocasión, en 1486, y lo fue fruto de una traición desde el interior. Durante la Cruzada Albigense (1.209-1.229) jugó un papel crucial como refugio de los cátaros frente a las tropas del papa Inocencio III al mando de Simón de Monfort.
La visita (12,5€) se hace por libre y comienza por el Musée Départamental du Châteu de Foix, un museo que es más bien un espacio explicativo. La torre cuadrada situada más al norte, la Tour d'Arget, es la más antigua de las tres (S.XI) y domina la confluencia de los ríos Arget y Ariege, no está abierta al público salvo el piso que da a la terraza entre las dos torres cuadradas. La central es posterior (S.XII) y originalmente no tenía ventanas, las actuales se abrieron en el S.XV cuando pasó a ser la residencia de los Condes de Foix. En el primer piso está la Sala de Juicios y Audiencias. En el siguiente nivel se encuentra la alcoba de los condes con muebles recreando su aspecto original: una cama con dosel, bañera, la letrina en una esquina y un pequeño oratorio. Culmina con una terraza almenada con unas vistas magníficas.
En el espacio entre las dos torres cuadradas se encuentra un edificio que en su parte inferior tiene una gran sala para banquetes y recepciones, así como la despensa. La torre redonda es la más reciente (S.XV) de las tres y fue construida por el conde Gastón IV. En su parte más baja está la mazmorra, según vas subiendo se pasa por la Sala de Guardia, el Escriptorium y una sala llamada de los graffitis por la gran cantidad de ellos que hay en las paredes, también hay multitud de grabados en las paredes de la escalera de caracol. Finalmente se llega a la terraza superior con más vistas espectaculares sobre el pueblo y las otras dos torres.
El castillo dominando Foix.
Cronología de la saga de los Condes de Foix.
Plano de visita del castillo.
Entrada al recinto amurallado.
Máquinas de guerra medievales.
Subiendo al primer recinto.
Salón de banquetes.
La despensa anexa.
Grúa de construcción a tracción humana.
La mazmorra.
Sala de guardia con su gran chimenea.
Bóveda de crucería de la sala de guardia.
El Escriptorium, también con su chimenea. 
Clave de bóveda de la sala de los grafitis.
Graffiti mencionando a Luis XIV, rey de Francia.
Grabado de un burro.
Un pavo real.
Un caballero en su montura.
Terraza de la torre redonda.
Vistas sobre Foix y el Pirineo al fondo.
La Tour d'Arget.
Sala de Juicios y Audiencias.
Posando en la Sala de Audiencias.
Alcoba de los condes.
Pequeño oratorio.
La letrina.
Clave de bóveda de la alcoba.
Ménsula de uno de los arcos de la bóveda.
Terraza de la torre central.
Iglesia-Abadía de Saint-Volusien.
La Tour d'Arget desde la torre central.
La majestuosa Tour Ronde.
Otra vista de la Tour Ronde.
Las murallas y torres por la banda oeste.

Iglesia-Abadía de Saint-Volusien

En el siglo IX se construye a los pies del castillo de Foix una abadía de estilo carolingio, posiblemente fortificada, que en el siglo X fue consagrada a Saint-Volusien, obispo de Tours y santo por el que los condes de Foix sintieron gran devoción a lo largo del tiempo. De la iglesia románica tan solo quedan restos en la fachada sur: un portal con dos arquivoltas con arco de medio punto ligeramente ultrapasado y cuatro capiteles con decoración vegetal y leones, también hay una pequeña ventana en una de las capillas laterales con arco de medio punto y columnas con capiteles casi sin decoración. El resto de la iglesia es de estilo gótico (S.XIV) con una sola nave con bóvedas de crucería y capillas laterales, durante las Guerras de Religión (S.XVI) la canónica resultó destruida y la reconstrucción de la iglesia empezó en el 1.609. El presbiterio aloja un coro de un solo nivel con un silleria destacable, también destaca el órgano situado a los pies de la iglesia que data de 1870. Del claustro original no queda ningún rastro y actualmente el espacio está ocupado por una plaza, el resto de dependencias de la antigua abadía ahora están ocupadas por la Prefectura del Ariege.
La Iglesia-Abadía de Saint-Volusien.
Exterior del ábside gótico.
Ventana Románica.
Portal de entrada románico.
Capiteles de la izquierda del portal.
Y los de la derecha.
Nave única de la iglesia.
Los pies de la iglesia con su gran órgano.
Cripta de Saint-Volusien.
Sillería del coro en el presbiterio.
Detalle de la sillería del coro.
Única capilla de la iglesia románica original.
Capiteles y friso con decoración pictórica.
Otro detalle de la decoración.
Mecanismo del reloj de la iglesia (F. Paget, 1.880)
La Halle des Grains en el centro de Foix.

Saint-Lizier

Despues de visitar Foix emprendemos camino al pequeño pueblo de Saint-Lizier, un pequeño pueblo que vemos anunciado como "uno de los pueblos más bonitos de Francia". Justo a la entrada del pueblo y muy cerca de la Oficina de Turismo hay un aparacamiento donde se puede pasar la noche tranquilamente con la autocaravana. En la misma oficina de turismo nos hacemos con un plano del pueblo y ya estamos listo para callejear por el mismo.
Saint-Lizier con el Palacio Episcopal.
Hotel-Dieu y oficina de turismo.
Place de l'Eglise.
Porches en la plaza.
Porte det Casse.
Casa con entramado de madera (S.XV).
Casa sobre la Rue des Nobles (S.XV).
Puerta de una de las casas (S.XVII).
Torre del Reloj sobre la antigua puerta en la muralla.
Rue Notre Dame.
Callejón entre dos casas.
Carré de Louise.
Otra casa con entramado de madera.
Palais des Evêques.
Bajando al pueblo por los antiguos huertos del palacio.
Campanario tolosano de la antigua catedral.
La iglesia dedicada a Saint-Lizier data de mediados del S.XI, el campanario octogonal de ladrillo se alzó en el S.XIV siguiendo el estilo tolosano, esta iglesia fue catedral hasta el año 1.655, cuando se edificó la catedral de Notre-Dame-de-la-Sède en el Palacio Episcopal. La cabecera tiene una bonita decoración en base a canecillos en el ábside central y también se puede apreciar la reutilización de algunas piedras claramente romanas. El interior es de nave única con transepto, ábside central y dos pequeños ábsides sobre el transepto. Destacan las pinturas de estilo italo-bizantino (S.XII) del ábside central, así como el Maiestas Domini de su cúpula (S.XII). En el ábside del transepto norte también se ha conservado parte de las pinturas (S.XI), entre las que logro identificar un Tetramorfos. En el transepto sur hay un retablo del S.XVIII en la parte superior del cual se puede ver una curiosa representación de un eclipse solar.
Cabecera de la catedral.
Canecillos del ábside central.
Curiosa decoración sobre los canecillos.
Pieza de época romana reaprovechada en el exterior.
Puerta de entrada a la antigua catedral (S.XV).
La nave única hacia la cabecera.
Vista hacia los pies y el órgano.
Pinturas de estilo italo-bizantino del ábside central (S.XII).
Cristo en Majestad del ábside central (S.XIII).
El ábside norte con decoración pictórica (S.XI).
San Lucas y San Juan.
San Mateo y San Marcos.
Capitel del ábside sur.
El otro capitel.
Retablo del transepto sur (S.XVIII).
Eclipse solar del retablo.
El claustro tiene dos pisos, el inferior es de mediados del S.XII y el superior se añadió en el S.XVI. En el inferior se alternan las columnas simples con las dobles y algunas cuádruples. Los capiteles son mayormente con decoración de cestería y vegetales, aunque también hay algunos con escenas bíblicas, como Adán y Eva en el Paraíso, y otros con figuras humanas y animales rodeados de plantas. Uno es muy curioso ya que parece representar una pareja de nobles bailando.
Claustro de la catedral (S.XII).
Una de las alas del claustro.
Base con cuatro fustes.
Detalle de un lobo.
Decoración vegetal.
Lobos entre vegetales.
Cordero entre vegetales.
Adán y Eva.
Decoración de cestería.
Personajes entre cintas.
Decoración vegetal.
Pareja bailando.
Terminamos nuestra visita a Saint-Lizier en la farmacia del Hotel-Dieu, la visita es guiada y solamente en francés (7€), así que nos enteramos de poco más de la mitad de las explicaciones. Se trata de la farmacia del hospital de pobres y orfanato y data del 1.764, los armarios y estanterías son de madera de cerezo y peral y conservan las frascos y tarros originales. Algunos de los remedios resultan realmente sorprendentes, como el aceite de perro, el de víbora o el vinagre de los cuatro ladrones. Este último es una preparación que usaban los ladrones para desvalijar los cadáveres durante las epidemias de peste negra sin temor a contagiarse. En una vitrina se exponen instrumentos quirúrgicos de la época para trepanaciones, amputaciones, raspados, suturas...
El Hotel-Dieu.
Farmacia del S.XVIII.
Tarros de ingredientes secos.
Tarros de porcelana para aceites.
Aceite de perro.
Gran mortero para las preparaciones secas.
Material quirúrgico.
Aceite de víbora.
Vinagre de los Cuatro Ladrones.
Agua de Rosa.
Antiguo Manual del Hospitalario y el Enfermero.
Balanza en uno de los muebles.