sábado, 3 de febrero de 2018

Santa María de Lluçà, senderismo y románico

La previsión del tiempo da un día de buen tiempo, así que lo aprovechamos para hacer una excursión de las que le gustan a Ana... pocos kilómetros y bastantes cosas para ver. Empezamos en el aparcamiento al lado de la iglesia de Santa María de Lluçà, justo al lado del restaurante Fonda La Primitiva sale el camino que baja al fondo del Rec de Miralles. Enseguida llegamos a la Alzina de El Vilaró, donde dejamos el camino por un sendero que baja hacia la izquierda hasta la Balma dels Bous y su fuente.
Santa María de Lluçà.
De camino al fondo del Rec de Miralles.
Alzina de El Vilaró.
La Balma dels Bous.
La Font de la Balma dels Bous.
Hace frío, pero no tanto como esperábamos.
Por el otro lado de la balma continúa el sendero y nos deja otra vez en el camino por el que subíamos. Al poco rato pasamos de largo el desvío que, a la derecha, nos llevaría a la masía de Can Vilaró y seguimos subiendo hacia el pequeño collado del Pla dels Roures. Por el camino pasamos por una balsa de agua para el ganado... aún está medio helada.
Camino por el Rec de Miralles.
Balsa para el ganado medio helada.
Pla dels Roures, al fondo aparece el Castell de Lluçà.
Y a la izquierda el Puigsacalm.
Desde el Pla dels Roures ya se ve perfectamente el Castell de Lluçà. El camino baja ahora por el otro lado hasta el Mas del Castell, Aunque está deshabitado está bastante bien conservado y parece que lo están rehabilitando. Aquí empieza la subida al castillo por un camino que va por la umbría del Serrat del Castell. Pasamos la Font del Castell y tras un par de giros siguiendo el camino, llegamos al extremo Oeste del pequeño llano que, en su momento, ocuparía el castillo.
Las vacas nos miran con curiosidad.
Llegando al Mas del Castell.
Deshabitado pero en muy buen estado.
Una recomendación muy saludable.
Font del Castell.
En la umbría del Serrat del Castell.
Avanzando por la parte plana de la cima, lo primero que aparece es la iglesia de Sant Vicenç, una de las doce iglesias románicas circulares que hay en toda Catalunya. Está datada del S.XI-XII y el interior es un bóveda semiesférica perfecta, tan solo tiene un pequeño ábside orientado al este. Las hiladas superiores de piedras y el ábside parece que corresponderían a alguna ampliación.
Iglesia de Sant Vicenç.
Exterior del pequeño ábside de levante.
Puerta de la iglesia.
Bóveda interior del ábside.
Del castillo apenas quedan algunos restos, un paño de pared con una ventana, restos de una sala, y lo que parece ser un silo de agua... pienso que con un par de campañas de limpieza de escombros y vegetación, se podría sacar bastante partido al lugar. Como es lógico las vistas en todas direcciones son excepcionales, la Serra d'Ensija, el Pedraforca, la Serra del Cadí, la Serra de Cabrera... tan solo la zona del Puigmal y Ulldeter queda oculta por las nubes.
El único paño de pared que queda en pie.
El Pirineo a través de la ventana.
Se domina perfectamente Santa María Lluçà.
Los restos de la sala.
La Serra de Cabrera y Cingles d'Aiats.
Serra d'Ensija, Pedraforca y Serra del Cadí.
Vamos dando la vuelta al castillo para ver si hay alguna bajada directa hacia Lluçà, pero no la encontramos y vamos a parar al mismo camino de subida. Por tanto bajamos de nuevo al Mas del Castell y tomamos el camino a la izquierda en dirección Lluçà, siguiendo las marcas del GR-1. En poco rato estamos de vuelta al punto de inicio.
Nuestro viejo amigo el Montseny
El GR-1 hacia Lluçà.
Can Vilaró.
De vuelta a Santa María de Lluçà.
Justo cuando llegamos está empezando la visita guiada a la iglesia, así que nos apuntamos. La visita la realiza Joan, el conservador de la misma, y resulta muy amena e interesante. La iglesia data del S.XII, aunque se tiene constancia de una anterior en el año 905. Es de una sola nave cubierta por un bóveda de cañón ligeramente apuntada. A raíz de los terremotos de 1.428 se derrumbó la bóveda original y también quedaron afectadas las dependencias del monasterio, la fachada, el campanario y el ábside del lado del campanario. Tanto el campanario como la fachada actuales son del S.XVII, aunque aún se conserva la puerta románica original con un destacable trabajo de herrería.
Fachada de Santa María de Lluçà.
El exterior del ábside principal, muy simple.
Forjado románico de la puerta (S.XII-XIII).
Interior con el altar y la cruz policromados... las réplicas.
Los retablos y esculturas originales resultaron destruidos durante la Guerra Civil. Tan solo se han salvado tres piezas, el altar de madera policromado (S.XIII), una imagen de la virgen (S.XII) y una cruz policromada (S.XII). Los originales están en el Museo Episcopal de Vic y las que vemos son unas reproducciones, así que... ya tenemos un motivo para ir a visitar Vic. Joan nos cuenta que Picasso visitó esta iglesia durante su estancia en Gòsol en 1906, y se inspiró en la escena de la Visitación para alguno de sus retratos cubistas.
Frontal del altar.
La Anunciación.
La Visitación... ¿inspiración de Picasso?.
Los Adoración de los Reyes Magos.
La huida a Egipto.
La Virgen con los siete dones del Espíritu Santo y San Juan.
Réplica del crucifijo del S.XII.
Réplica de la imagen de la Virgen del S.XII.
El año 1956 se descubrieron, en la bóveda del coro, una pinturas murales del S.XIV que se encontraban ocultas bajo una capa de yeso. Tras pasar por el Museo de El Prado actualmente están expuestas en lo que eran la cocina y el refectorio del monasterio... ¡estas si que son originales!.
Crucifixión en las escenas de la vida de San Agustín.
Escenas de la vida de San Agustín.
Sant Jordi y el dragón.
Escenas de la vida de Cristo, el Nacimiento.
Escenas de la vida de Cristo, la Resurrección.
Escenas de la vida de Cristo, la Ascensión.
Pantocrátor.
Ángel de la Anunciación.
El claustro es pequeño y de estructura irregular para adaptarse a la losa de piedra sobre la que está edificada; es por ese motivo que resistió los terremotos de 1.430. Es el único claustro de esa época (S.XII) que se mantuvo en pie en toda esta zona. En el suelo hay varias tumbas antropomórficas, también hay dos sepulcros correspondientes a los canónigos Bernat de Merlès (S.XIII) y Ramon de Casovers (S.XIV), y un fogón de piedra de la cocina. Además de ser irregular, el claustro tiene otra particularidad, el pozo está desplazado a una esquina, la que daba a la entrada de la cocina y el refectorio. En su conjunto el claustro es lo que, según Ana, se podría llamar "una monada".
Claustro con el pozo desplazado.
Sepulcros de los canónigos.
Otra de las alas del claustro.
Fogón de piedra procedente de la cocina del monasterio.
Los capiteles y columnas del claustro son los originales, tienen una decoración muy bonita con motivos vegetales y animales mitológicos. Están todos muy bien conservados, incluso en alguno parece que se conservan restos de policromía. Tan solo pongo seis fotos, pero cada uno de los capiteles merece ser contemplado con detenimiento.
La visita nos ha sorprendido muy gratamente. Cuando pasas por delante de esta iglesia, realmente no piensas que en su interior haya semejante patrimonio. Terminamos la salida comiendo en Ca la Filo (Café Nou) en Santa Eulália de Puig-Oriol, a pocos kilómetros de Lluçà.
Distancia: 6,5 Km.
Desnivel acum.: +230 mts. -230 mts.

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