domingo, 11 de febrero de 2018

Vilafranca del Penedès Medieval

Cuando se habla de Vilafranca del Penedès, la mayoría de la gente piensa en bodegas y vino, castellers, Festa Major... Lo que no resulta tan conocido es el patrimonio medieval de la misma. En la Oficina de Turismo de Vilafranca organizan regularmente visitas guiadas a la Vilafranca Medieval y este Domingo nos hemos apuntado. El grupo queda en una docena de personas lo que permite a la guía manejarlo con comodidad y poder responder todas las preguntas sin prisas.
El recorrido comienza en la Basílica de Santa María donde la guía te pone en situación, explicando como debía ser la Vilafranca de esa época. Resulta que esta fue la primera iglesia parroquial que se empezó a edificar en Catalunya con el estilo francés (que era como se llamaba entonces al estilo gótico), tal y como indica una pequeña lápida tallada en la fachada sur. La construcción se inició el 1 de Mayo de 1285, y se tardó casi doscientos años en completarla. La fachada principal quedó inacabada hasta el 1905, en que se completó la actual de estilo neogótico eliminándose una balconada renacentista.
Fachada principal de la basílica.
Su aspecto anterior.
El 6 de Octubre de 1934, tras la huelga general de la "Revolución de Octubre", un incendio destruyó por completo todo el interior de la iglesia, durante la Guerra Civil se usó como almacén y talleres. Es por ese motivo que el interior de la basílica presenta un aspecto austero, casi vacío, el órgano actual es del año 1942 y las vidrieras se repusieron el 1959.
El campanario del S.XIII.
"Partida de nacimiento" de la basílica.
Interior de la basílica y el ábside.
La cabecera con el coro y el rosetón.
El interior de la basílica hacia 1900.
El estado en que quedó tras el incendio de 1934.
En la fachada sur se encuentra la Porta dels Capellans, de estilo románico tardío de finales del S.XIII. Se conservan restos de la pintura mural que representa el Calvario en el centro, la Virgen María a la derecha con el símbolo de la luna, y San Joan a la izquierda con el símbolo del sol.
Detalle de las pinturas de la Porta dels Capellans.
Un pequeño ángel corona la Porta dels Capellans.
De los palacios medievales de la villa sobreviven cuatro, el Palau Reial, el Palau Baltà, Cal Gomà y la Casa Macià. También habría que contar el edificio del Ayuntamiento, ya que su interior es medieval pero está escondido detrás de una fachada modernista. Es una lástima que no podamos visitar Cal Gomá y el Ayuntamiento ya que ambos están cerrados los domingos. Por su parte la Casa Macià y el Palau Baltà son casas particular, aunque a este último se puede entrar al patio. En lo que respecta al Palau Reial actualmente acoge el Vinseum.
El Palau Baltà.
El Palau Reial.
Cal Gomà, actualmente la Biblioteca Torras i Bages.
La Casa Macià al lado del ayuntamiento.
La Capilla de Sant Joan data del año 1307 y formaba parte de la encomienda de los Caballeros Hospitalarios. Es de una sola nave, con arcos apuntados que soportan el techo a dos aguas sin bóveda alguna, salvo en el ábside. Actualmente está desacralizada y se usa como espacio para exposiciones. En el lateral que da a la Plaça de Sant Joan, se puede ver una puerta que seguramente era la que comunicaba con el claustro que debería ocupar el espacio de la actual plaza.
La capilla de Sant Joan.
La nave y el ábside de Sant Joan.
El coro con el pequeño rosetón.
Detalle del bonito techo envigado.
Entrada lateral de la capilla de Sant Joan.
Cruz tallada en el lateral de la capilla de Sant Joan.
Los últimos años han ido apareciendo restos de la muralla medieval, como en la calle Hermenegild Clascar. Lamentablemente, la falta de presupuesto ha hecho que por el momento no se hallan podido limpiar y hacer visitables. Por suerte no se han derruido y están a la espera de mejores tiempos para la cultura.
Trazado de la muralla medieval de Vilafranca.
Restos de una torre en la calle Hermenegild Clascar.
La última parada es la iglesia de Sant Francesc. Juntamente con el claustro del mismo nombre, es lo único que queda del antiguo convento de los franciscanos, construido a la entrada del recinto medieval. Es una de esas joyas injustamente olvidadas, un tesoro oculto y muy poco divulgado. La iglesia original data del S.XIII y, aunque el interior es de estilo gótico, la primera impresión que se recibe es la de la austera portalada de estilo románico, sencilla casi sin decoración alguna, salvo un rosetón de estilo gótico. El edificio contiguo corresponde al Hospital de Sant Pere (S.XV), en la fachada se aprecian todas las modificaciones que se llevaron a cabo a lo largo del tiempo, como las ventanas renacentistas o los arcos cegados.
La iglesia de Sant Francesc.
Fachada del Hospital de Sant Pere.
Antiguo portal de entrada al Hospital.
Hornacina con la imagen de Sant Pere.
Un elemento muy característico de las edificaciones medievales son las gárgolas. Las del Hospital de Sant Pere son muy bonitas, una de ellas representa un águila coronada lo que me hace pensar en l'Àliga de Vilafranca, una de las figuras emblemáticas de los Balls de Festa Major.
Una arpía.
Un león.
Un cerdo o una oveja.
Un águila coronada.
El espacio interior de la iglesia se compone de una sola nave, cubierta con bóvedas de crucería y un vano que separa el presbiterio del resto de la nave, el ábside es cuadrado de clara influencia cisterciense. Las medidas de la nave son más bien modestas, como en la capilla de Sant Joan, pero el conjunto resulta muy armonioso. Las capillas laterales se construyeron con posterioridad, en los S.XIV-XV. Esta iglesia no fue incendiada en la huelga general del 1934 ya que fue protegida por unos militantes de ERC.
El retablo gótico del S.XIV es una obra maestra de Lluís de Borrasà. Tiene unas medidas de 2,5 metros de ancho por 4 metros de alto, y en los diferentes espacios se representan escenas de la vida de la Virgen María y de Sant Jordi, matando al dragón, recibiendo martirio y siendo degollado, todo muy realista. Proviene del antiguo convento de las monjas clarisas, que fue derruido en 1808 por el estado de abandono en que se encontraba desde que se clausurara el año 1569.
El convento de Sant Francesc era el lugar predilecto de la nobleza local para ser enterrados. Algunos de los sarcófagos que actualmente están en la iglesia, provienen del claustro contiguo. Hay un detalle curioso... varios de los sarcófagos tienen esculpido un perro a los pies de la imagen del difunto, y es que el perro simboliza la lealtad.
Interior de la iglesia de Sant Francesc.
El retablo de la Virgen y Sant Jordi (S.XV).
Sarcófago de Bertran de Castellet, vestido de caballero.
Bertran de Castellet con el hábito franciscano.
Sarcófago de los Penyafort.
Sarcófago de los Piquer.
Sarcófago de Hug de Cervelló.
Sarcófago de Pere d'Avinyó.
Sarcófago de Bertran de Boixadors.
Sarcófago de Marc de Puigmoltó.
El claustro es de estilo renacentista (S.XVI) con dos pisos, en los laterales se pueden ver los restos del antiguo claustro gótico que se reaprovecharon al construir el nuevo, así como algunas lápidas funerarias. Los capiteles góticos tienen una decoración muy sencilla pero elegante.
Una de las alas del claustro de Sant Francesc.
Arcadas del claustro gótico reaprovechadas.
Aún se conservan algunos restos de policromía.
Lápidas sepulcrales de los Señores d'Aiguaviva i Tamarit.
Lápida sepulcral de Pere de Sabanalo.
Azulejo con una imagen de la vida de Sant Antoni de Pàdua.
Campanario de la iglesia sobre el claustro renacentista.
Capitel con animales mitológicos.
Capitel con motivos vegetales.
Capitel con decoración de hojas de viña.
La visita se termina en el Vinseum, donde nos invitan a una copa de vino. A modo de resumen, se puede decir que resulta una visita muy interesante, aporta un visión general de la Vilafranca medieval y, sobre todo, permite visitar la iglesia de Sant Francesc, que de otra manera no es posible. La Basílica de Santa María, el Vinseum y el Ayuntamiento merecen una visita más detallada que haremos más adelante.

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