martes, 6 de agosto de 2019

Avignon, la ciudad de los Papas

En nuestras vacaciones de este año nos vamos a conocer una zona de la Provence, que nos había quedado pendiente de nuestra última visita a Nimes, Arles y Tarascón, hace dos años. Nos acomodamos en el Camping L'Art de Vivre en Châteauneuf-du-Pape, es un camping muy tranquilo y está muy bien situado entre Avignon y Orange, nuestros objetivos principales. El único inconveniente son los mosquitos que acuden puntualmente cada noche desde el Ródano.
Para visitar Avignon lo mejor es dejar el coche en alguno de los muchos aparcamientos de alrededor de la ciudad vieja. Nosotros lo dejamos en el aparcamiento gratuito de l'Île Piot y cruzamos a pie el Pont de l'Europe sobre el Ródano. Aunque hay un bus-lanzadera gratuito que lleva hasta la ciudad vieja, esto nos permite tener una bonita visión del conjunto de la ciudad vieja y sus murallas, el palacio papal y el famoso Pont d'Avignon.
El palacio papal y la catedral desde la otra orilla del Ródano.
El famoso Pont d'Avignon.
Exterior de las murallas de la ciudad medieval (S.XIV).
Y vistas desde el interior de la ciudad.
Como de costumbre, nos dirigimos directamente a la Oficina de Turismo, donde compramos el Avignon City Pass (21 €). Este pase permite visitar todos los monumentos de pago de Avignon y alrededores. Aunque solo se visite el Palacio Papal (12 €) y el Pont d'Avignon (5 €), vale la pena comprar el pase, ya que te permite evitar las interminables colas que se forman para comprar las entradas en ambos monumentos.
De camino al Palacio Papal, pasamos a visitar el Museo Lapidario, situado en la antigua capilla del Colegio de los Jesuitas (S.XVII). Como muchos museos en Francia la entrada es gratuita, y alberga una colección bastante amplia de piezas egipcias, griegas y romanas. Para nuestro gusto es una de las visitas obligadas en Avignon, aunque tristemente está eclipsada por el famoso Pont d'Avignon y el Palacio Papal.
Vista general del Museo Lapidario.
Pintura mural de la tumba de Nebamon (Tebas XVIII dinastía).
Fragmento del Libro de la Vaca Celeste (XIX dinastía.).
Estela funeraria, ofrenda a Osiris (XIX dinastía).
Estatua del dios Sokaris (XIII dinastía).
Estatua del escriba real Hori (XIV dinastía).
Estatuilla de mujer con peluca hathórica (XII dinastía).
Escarabajo con cabeza humana y el símbolo de Tutmosis III.
Crátera con escenas de los trabajos de Hércules (Ática, S.IV A.C.)
Ánfora con un combate entre hoplitas (S.V A.C.).
Vaso funerario de mármol (Ática, S.IV A.C.)
Estatua de Atenea (Atenas, S.III A.C.).
Crátera del sur de Italia (Apulia, S.IV A.C.).
Ánfora del sur de Italia (Apulia, S.IV A.C.).
Relieve funerario de Lucius Erennius Praesens (Marsella, S.I).
Máscaras teatrales de una tumba (Vaison-la-Romaine, S.II).
Urna funeraria de mármol de Aurelius Hilarus (Aquilea, S.III).
Busto de Hermes a doble cara (S.I-II)
Estatua de una mujer de la familia imperial (Roma, S.I-II).
Estatua de Júpiter (Vaucluse, S.I-II).
Retrato en mármol de Helios Apollon (S.III).
Retrato en mármol de Marco Aurelio (S.II).
Retrato en mármol de Trajano (S.II).
Retrato en mármol de Tiberio (S.I).
Retrato de Julio Cesar (procedencia y época desconocidas).
Criatura fabulosa devorando un hombre (Bouches-du-Rhone (S.I).
Mosaico de Hércules y Hesione (Saint-Paul-Trois-Châteaux, S. III).
Relieve con una escena de sirga (Vaucluse, S.II-III).
Nos dirigimos ahora a visitar el Pont d'Avignon. Este puente fue construido entre los años 1177 y 1185, probablemente sobre los restos de un puente romano. Cuenta la tradición que fue Saint Bénezét, un pastor de las montañas de la Ardèche, quien inicio la construcción del mismo, siguiendo las indicaciones de una voz celestial... para convencer a los escépticos vecinos de Avignon, levantó el solo un enorme bloque de piedra. En uno de los pilares del puente se encuentra una capilla en su honor, y justo encima otra en honor de Saint-Nicolas, que más bien parece la garita de peaje. La longitud original del puente era de 947 metros, salvando todo el ancho del cauce del Ródano con 22 arcos, de los que actualmente sobreviven tan solo cuatro. Las guerras y las riadas se lo llevaron por delante en diferentes ocasiones, hasta que se dejó de reconstruir en el S.XVII.
Castellete de entrada al Pont d'Avignon.
Primer tramo del puente con la capilla de Saint-Bénézet.
Bajada a la capilla románica de Saint-Bénézet.
Interior de la capilla de Saint-Bénézet.
Capilla gótica de Saint-Nicolas encima de la de Saint-Bénezet.
Aspecto que debía tener el puente originalmente.
Exterior de la capilla Saint-Nicolas.
La torre de l'Oulle.
Tras visitar el Pont d'Avignon, nos dirigimos hacia el complejo del Palacio de los Papas. Lo primero que uno se pregunta es... ¿como terminó siendo Avignon la sede del papado?. Todo comenzó con el enfrentamiento entre el papa Bonifacio VIII y el rey de Francia Felipe IV "el Hermoso". Este  último pretendía que los miembros del clero pagaran impuestos como "todo quisque", Bonifacio responde a esa pretensión en 1296 con una bula (Clericis Laicos) en la que le deja bien claro que de eso nada, y lo amenaza de excomunión. Finalmente llegaron al acuerdo de permitir el pago de impuestos por parte del clero, pero solamente en casos excepcionales.
A pesar del acuerdo, las relaciones entre el Papa y el rey de Francia continuaron siendo pésimas, terminando en acusaciones mutuas de herejía a raíz de la detención de un obispo francés acusado de traición. En 1302 Bonifacio VIII convoca un sínodo en Roma para redefinir la relación de la iglesia con el poder temporal y, de paso, juzgar al rey de Francia por abusos contra contra la iglesia. A esta convocatoria el rey de Francia responde acusando al Papa de herejía, blasfemia, hechicería y de la muerte de su antecesor Celestino V... ¡solo le faltó acusarlo de la muerte de Jesucristo!.
En medio de todo este jaleo político, fallece Bonifacio VIII el año 1303. Tras el breve papado de Benedicto XI (tan solo ocho meses), resulta elegido papa el arzobispo de Burdeos Bertrand de Got. Bertrand se había mantenido neutral en el conflicto entre Felipe IV y Bonifacio VIII, y adopta el nombre de Clemente V. Para congraciarse con el rey de Francia, lo primero que hace es nombrar nueve cardenales franceses y amigotes de Felipe, anula las bulas condenatorias de Bonifacio VIII sobre el rey de Francia, disuelve la Orden de los Templarios... y traslada la sede del papado a Avignon, con la excusa de la inseguridad y el caos reinante en Roma. La sede del papado se mantuvo en Avignon desde 1309 hasta 1378 en que regresó a Roma, no sin antes provocar el llamado "Cisma de Occidente", que no se resolvió hasta 1417 en el Concilio de Constanza.
La Porte du Rhône.
En las callejas de subida a la Place du Palais.
La Place du Palais.
Fachada principal del Palais des Papes... y la cola de turistas.
La entrada principal del Palais des Papes.
El escudo papal presidiendo la entrada principal.
El Palais des Papes fue construido, principalmente, por los papas Benedicto XII y Clemente VI. Considerado como el palacio gótico más importante del mundo, exteriormente tiene más aspecto de fortaleza o castillo que de palacio. Las colas de turistas, como un ejército asediándolo, parecen remarcar ese carácter defensivo, aunque también recuerdan a las colas de peregrinos en busca de las indulgencias y bendiciones papales.
El palacio consta de dos partes bien diferenciadas, el Vieux Palais, obra de Benedicto XII, y el Palais Neuf construido por Clemente VI, y se estructura alrededor de dos espacios interiores, el Cour d'Honneur en el Palais Neuf ,y el claustro de Benedicto XII en el Vieux Palais. La visita está muy bien organizada y se realiza con una tablet, Histopad la llaman, que te va explicando cada una de las salas que se van pasando. También te permite ver el aspecto que debían tener algunas de estas salas originalmente.
Cour d'Honneur del Palais Neuf.
Claustro de Benedicto XII en el Vieux Palais.
La sala del Cónclave.
Bóveda decorada de la capilla de Saint-Jean.
El vestidor pontificio.
La Histopad permite ver como eran las salas originalmente.
La Sala del Tesoro.
Las "cajas fuertes" de la Sala del Tesoro.
A pesar de que es la hora de comer en Francia, el palacio está a rebosar de turistas, y en alguna de las salas se hace difícil escuchar las explicaciones de la tablet con la suficiente atención. La Grande Chapelle de Clemente VI nos decepciona mucho, no por la arquitectura, sino por que está ocupada por una exposición fotográfica que impide apreciar la belleza - en su sencillez - de la arquitectura gótica. Una de las cosas mas curiosas es que esta iglesia se encuentra en el primer piso de la edificación, justo encima de la sala de La Grande Audience, y no a nivel de suelo.
Galería superior del claustro del Vieux Palais.
Sala del Grand Tinel.
La Cámara Papal.
La Cámara del Ciervo.
La Sacristie du Nord.
La Grande Chapelle de Clemente VI (1352).
La Sacristie du Sud en la Tour de Saint Laurent.
Escudo papal en la clave de bóveda de la Sacristie du Sud.
El recorrido permite subir hasta la azotea del Palais Neuf y disfrutar de unas magnificas vistas sobre el conjunto del palacio la catedral y la ciudad... pero el tremendo calor que hace no nos invita a estarnos mucho rato. La siguiente parada es realmente curiosa, la portada principal de la Grande Chapelle. Esta portada no da al exterior, da a una especie de sala con un gran ventanal gótico (reproducción moderna del original) desde el que los papas repartían la bendición al populacho congregado en el Cour d'Honneur. Una gran escalera, con bóvedas góticas de crucería, conecta este espacio con la planta baja. La visita termina en la gran sala de las audiencias y la consabida tienda de recuerdos.
La azotea del Palais Neuf.
El Vieux Palais y la catedral de Notre-Dame-des-Doms.
La Tour du Pape del Palais Neuf.
Portada de la Grande Chapelle.
Ventanal de las indulgencias.
La Escalera de Honor.
Sala de La Grande Audience.
Restos de la decoración mural.
La visita nos ha llevado casi unas tres horas, y cuando salimos hace un calor infernal. Como el museo del Petit Palais está cerrado, nos dirigimos a la catedral de Notre-Dame-des-Doms. La verdad es que nos nos llama mucho la atención con su decoración interior de estilo barroco.
La "puerta trasera" del Palacio de los Papas.
Catedral de Notre-Dame-des-Doms.
Pórtico renacentista de la catedral.
Interior de la catedral.
Ahora nos planteamos que hacer y, finalmente, decidimos ir a los jardines del Rocher-des-Doms, en busca de un lugar algo más fresco para comer algo. Los jardines tienen un buena vista del palacio y también de toda la orilla derecha del Ródano, donde se puede ver el Fort de Saint-André y la Tour de Philippe-le-Bell, ambos del S.XIII y construidos por Philippe-le-Bell para así poder controlar la corte papal.
Tras comer algo y beber mucha agua, vamos a buscar las escaleras que bajan desde los jardines del Rocher-des-Doms hasta el paseo al lado del río. A pesar de ser la manera más rápida de bajar, estas escaleras no están muy cuidadas y hay una cierta dejadez en la limpieza de esta zona. En esta orilla del río hay un embarcadero donde tomamos un pequeño transbordador gratuito, que nos deja en la orilla derecha, al inicio del paseo que hay que recorrer para llegar al aparcamiento.
La catedral y el palacio desde el Rocher des Doms.
La Tour Philippe-le-Bell (S.XIII).
El Fort de Saint-André (S.XIII).
El Pont d'Avignon desde el transbordador.
Panorámica de Avignon desde el paseo en el margen derecho del Rhône.
Con el calor que hace no nos quedan ganas como para ir a visitar el Fort de Saint-André y la Tour de Philippe-le-Bell. Así que nos volvemos al camping a ponernos en remojo en la piscina y disfrutar de una cerveza bien fría.

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