miércoles, 30 de julio de 2025

Clot de l'Infern y Gorg Negre de Riells

Quizás el Gorg Negre más conocido de esta zona es el de Gualba, pero en casi todos los pueblos del Montseny hay un Gorg Negre y todos tienen su propia leyenda, normalmente asociada a las Dones d'Aigua. En el caso de Riells se cuenta que Sebastià de Can Perarnau contrajo matrimonio con una dona d’aigua, quien con sus conocimientos de la naturaleza trajo felicidad y prosperidad a la família, bajo promesa de no mencionar nunca su condición de dona d'aigua. Un día la mujer ordenó a los jornaleros que recogieran la cosecha de cereal aunque aún no estaba maduro del todo, cuando Sebastià se enteró montó en cólera y le echó en cara a su mujer que ¡Qué podía saber ella, una dona d'aigua, de cosechas! La mujer no se defendió, no dijo nada, tan solo se alejó riera arriba y desapareció sumergiéndose en el Gorg Negre. Pocos días después una fuerte tormenta arrasó toda la cosecha de cereal de la zona del Montseny, excepto la de Can Perarnau que ya se encontraba a salvo en el granero.
Nos ponemos a caminar en la pequeña iglesia de Sant Martí de Riells y la subida la hacemos por la pequeña masía de Els Corralets y la umbría de los Esqueis de la Mosquera, donde hay un pequeño hayedo a tan solo 650 metros de altura, con la intención de hacer todo el recorrido de la riera de bajada. El sendero no está muy marcado y algunos puntos casi que se ha perdido, las últimas tormentas también parece que han tirado algunos árboles, dificultando el paso en algunos puntos. Pasado el hayedo, llegamos al Sot de Güers, punto en que se unen las dos rieras que dan lugar a la Riera de Riells: el Torrent de Bernat y el Torrent de Vimeners.
A partir de aquí solo hay que ir siguiendo el cauce de la riera, cruzándolo una y otra vez para buscar en cada momento el paso más fácil. En seguida se llega al Gorg Negre, un lugar encantador en el que nos estamos un rato disfrutando del entorno. Seguimos bajando ahora por un camino más marcado, que nos llevaría hasta Can Perarnau, pero enseguida lo abandonamos para seguir por el cauce de la riera, pasando pequeños saltos de agua y buscando el camino, que no es muy evidente, hasta llegar al tramo del Clot de l'infern. El cauce se va cerrando poco a poco entre dos paredes totalmente verticales y en algunos puntos se hace difícil pasar sin mojarse los pies. Conforme se va bajando, el cauce de la riera se va ensanchando y el camino se nota más evidente y transitado. Aquí se pasa por varios castaños enormes que son más que centenarios, un último cruce sobre la riera nos deja en la pista que va de Can Perarnau a Sant Martí de Riells.
Sant Martí de Riells.
Els Corralets bajo el Turó de Morou.
Alcornoques pelados.
Sendero entre el encinar.
Hayedo en la umbría de los Esqueis de la Mosquera.
Bajando al Torrent dels Vimeners.
Torrent dels Vimeners.
Bauma del Sot de Güers.
Torrent de Bernat.
El Gorg Negre de Riells.
Bajando por la Riera de Riells.
Algún cruce resulta divertido.
Seguimos bajando.
Buscando el mejor camino.
Uno de los muchos saltos de agua.
Se empieza a estrechar el cauce.
Inicio del Clot de l'Infern.
Cascada en el Clot de l'Infern.
Punto más estrecho del Clot entre paredes de granito.
Con una vegetación exuberante.
Castaño más que centenario.
Interior hueco de uno de los castaños.
Último cruce de la Riera de Riells.
Camino de vuelta a Sant Martí de Riells.
Distancia: 5,0 Km.
Tiempo: 2 hrs. 53 min.
Desnivel acum.: +210 mts. -210 mts.

domingo, 20 de julio de 2025

El Reus más modernista: la Casa Navàs

"Reus, Paris, Londres"... esta frase nace en el S.XVIII, antes que la filoxera atacara las viñas catalanas y Reus era una de las tres plazas europeas que fijaban el precio del aguardiente. Durante esa época y hasta principios del S.XX Reus se mantuvo como la segunda ciudad en importancia de Catalunya, casi como una segunda capital, con una pujante industria vinícola y textil. Así pues no es de extrañar el gran legado de arquitectura modernista que se concentra en esta ciudad.
El ayuntamiento ha señalizado una Ruta Modernista con unos ochenta edificios catalogados, obra de diferentes arquitectos como Lluís Domenech i Montaner, Pere Caselles i Tarrats, Joan Rubió i Bellver o Pere Domènech i Roura.  Por si fuera poco Reus es la ciudad natal de Antoni Gaudí y aunque no dejó ninguna obra en ella sí que se conserva su casa natal y en la Plaça del Mercadal se encuentra el Gaudí Centre, un centro de interpretación dedicado a su vida y obra. No es nuestra intención realizar hoy el recorrido completo de la ruta pero sí que nos da tiempo a un pequeño paseo por los edificios situados más en el centro, mientras esperamos para visitar la joya del modernismo en Reus: La Casa Navàs. Nos queda pendiente una visita más a fondo a la ciudad para más adelante.
Museu de Reus, antiguo Banco de España (Pere Caselles, 1902).
Placa identificativa de cada edificio catalogado.
Casa Serra (Joan Rubió i Bellver, 1924).
El Banc de Reus (Jaume Brossa i Mascaró, 1877).
Casa Carpa (Pere Caselles i Tarrats, 1903).
Casa Laguna (Pere Caselles i Tarrats, 1908).
Casa Sagarra (Pere Caselles i Tarrats, 1908).
Casa Tarrats (Pere Caselles i Tarrats, 1892).
Casa Martorell (Pere Caselles i Tarrats, 1915).
Casa Grau-Pla (Pere Caselles i Tarrats, 1910).
Casa Rull (Lluís Domènech i Montaner, 1900).
Casa Gasull (Lluís Domènech i Montaner, 1911).
Centre de lectura, antiguo palacio de los Marqueses de Tamarit.
Casa natal de Antoni Gaudí.
Escultura "Gaudí nen" obra de Artur Aldomà (2002).
Casa Piñol (Pere Caselles i Tarrats, 1910).
Dispensari antituberculós (Joan Rubió i Bellver, 1926).
Plaça del Mercadal.
La Casa Navàs fue un encargo del comerciante de tejidos Joaquim Navàs y su esposa Pepa Blasco al arquitecto Lluís Domènech i Montaner, curiosamente Joaquim Navàs nunca llegó a vivir en ella ya que falleció a los pocos años de finalizar las obras. El proyecto tenía un presupuesto sin límites por lo que Domènech se rodeó de los mejores artesanos del momento y se instalaron todos los adelantos del momento, como el teléfono, la luz eléctrica o un sistema de calefacción radiante. Durante la guerra civil la casa resultó dañada en un bombardeo, quedando afectadas la fachada lateral, el frontispicio y la torre de la esquina.
Hasta el año 2017 la casa se mantuvo en propiedad de la familia Blasco Font de Rubinat que en todo momento procuró mantenerla inalterada, por lo que se trata de la única casa modernista que mantiene intacto el mobiliario y la decoración originales. La visita guiada (16€) recorre la primera y segunda planta, dejando de lado la planta baja donde se encuentra la tienda de tejidos, los sótanos y alguna de las dependencias de la segunda planta. Como curiosidad mencionar que es obligatorio el uso de cubre-zapatos para proteger los mosaicos y el parquet.
La primera planta está organizada alrededor del gran recibidor, a un lado se encuentra el comedor, el salón donde se recibía a los clientes o visitas, el dormitorio con su vestidor y el cuarto de baño completo (bañera, bidé, lavapiés, agua caliente eléctrica y a gas...). La casa está diseñada para dos personas ya que el matrimonio Navàs-Blasco no tenía hijos, por lo que la mesa del comedor es relativamente pequeña y no hay más dormitorios en la planta noble. En el otro lado del recibidor se encuentran el despacho del señor Navàs, la sala de costura de Pepa Blasco y una pequeña biblioteca. Entre el comedor y el despacho se encuentra la cocina con un curioso ascensor con el que se bajaba la comida que se preparaba para los trabajadores de la tienda.
Casa Navàs (Lluís Domènech i Montaner, 1908).
Aspecto original antes del bombardeo de 1938.
La tienda de tejidos de Joaquim Navàs.
Vestidos de época en el aparador.
Magnífica escalera a la primera planta.
Mosaico del hueco de la escalera.
Gran vidriera del recibidor de la entrada.
Acceso a las dependencias.
Mirilla de la puerta del distribuidor.
Mosaico del distribuidor.
El Comedor.
comunicación entre el comedor, el salón y el vestidor.
Detalle de las taraceas de la sala.
El teléfono original (num. de abonado 98).
Detalle decorativo del parquet.
Decoración en estilo art-decó.
Techo del vestidor.
La alcoba.
Cuarto de baño completo.
La cocina.
La sala de costura.
Detalle de la cerámica de la sala de costura.
De la sala de costura se sale a la terraza situada sobre la tienda, en el suelo tres grandes claraboyas proporcionan iluminación a la misma. Los mosaicos aluden a los momentos de mayor expansión de Catalunya. Por una escalera se accede a la planta superior donde se encontraban las dependencias del servicio, aunque cambió su uso a sala de música. Desde esta sala se accede a una pequeña galería que proporciona una visión espectacular sobre el hueco de la escalera y el recibidor, las vidrieras de las claraboyas, los mosaicos de las paredes y toda la opulencia de estos dos espacios.
Jaume I parte de Salou a la conquista de Mallorca.
Tesalónica en recuerdo de la presencia catalana en Grecia.
Sala de música en la planta superior.
Pianola de la sala de música.
Armario con los rollos de música de la pianola.
Brasero de bronce en la sala de música.
Vista sobre el recibidor.
Vista sobre el hueco de la escalera.
No se puede ir a Reus y no hacer el aperitivo con un buen vermut, así que nos acercamos al bar-restaurante Museu del Vermut situado en la antigua Fábrica Rius Gatell, donde también se puede admirar una extensa colección de botellas, etiquetas, carteles, etc... todo relacionado con el mundo del vermut.
Antigua Fábrica Rius Gatell (Pere Caselles i Tarrats, 1918).
Patio de la fábrica.
Colección de botellas de vermut...
Y de carteles publicitarios.