sábado, 13 de enero de 2018

La Serra y Santuari de Cabrera (1.308 msnm)

Unos pocos mensajes de Whastapp el viernes a mediodía, y quedamos para salir a caminar el sábado con Josep y Carmeta. Nos encontramos en Vic a primera hora y de ahí vamos hasta Sant Julià de Cabrera, donde aparcamos el coche.
Sant Juliá de Cabrera es un rincón típico de la zona de Collsacabra. Prados entre bosque de robles, con un relieve suave que contrasta con los riscos de la Serra de Cabrera y el Pla d'Aiats que cierran el valle por el este. No hay un núcleo de población propiamente dicho, tan solo la iglesia de Sant Julià de Cabrera, con su pequeño cementerio, y masías diseminadas por el valle. Vacas y ovejas pastan tranquilamente inmunes al frío, pequeñas columnas de humo salen de las chimeneas de las masías, todo muy bucólico... la tranquilidad del lugar puede llegar a ser casi agobiante. Como muchas de las iglesias de la zona, la de Sant Julià es originalmente románica (S.XI) pero resultó destruida por el terremoto del 2 de febrero de 1.428, conocido como el "Terratrèmol de la Candelera", posteriormente fue reconstruida ya en el S.XVI.
Nos ponemos a caminar siguiendo la pista pavimentada en dirección al Collet de Sant Julià, aquí dejamos la pista y tomamos un sendero que sale a la derecha, conocido como el Camí de la Serrica. El sendero va siguiendo la carena que lleva directamente al Pla del Prat, por el camino vamos encontrado algunos pasos equipados que le dan un poco más de gracia a la subida, pero sin aportar dificultad alguna.
Sant Julià de Cabrera.
Abrigándonos para salir.
La Serra de Cabrera y el Coll de Bram.
Nos acercamos al Cingle del Pla del Prat.
Primer paso equipado con un cable.
Algunas grapas facilitan la subida.
El día no acaba de despejar, pero tampoco empeora. El frío y las nubes bajas han dejado el hayedo del Pla del Prat totalmente blanco del hielo, a ratos despeja un poco y podemos ver el Montseny al otro lado de la Plana de Vic. Una vez en el Pla del Prat ya tenemos todo el desnivel ganado, el camino va resiguiendo ahora la carena practicamente horizontal.
Hayedo "escarchado".
El Montseny asoma al otro lado de la Plana de Vic.
¿Subís o qué?
¡Estábamos de charla!
Llegando al Pla del Prat.
El camino se vuelve relajante.
Entre hayas, matas de boix y algún abeto vamos caminando relajadamente hasta llegar una balconada natural, justo encima del collado de l'Osca de Cabrera. La vista sobre el Santuari de Cabrera, que asoma entre los jirones de niebla, es fantasmagórica. Pocos metros antes de esta balconada, por la banda de la Val d'en Bas, sale el sendero que baja hacia el Pas de l'Osca. Es una corta cornisa, equipada con un pasamanos, que lleva al collado de l'Osca.
Un haya aislada impresionante.
Arboterápia para las nenas.
El Santuari de Cabrera entre la niebla.
Cruzando el Pas de l'Osca.
En el collado de l'Osca de Cabrera.
Vista hacia el Pas de l'Osca.
Seguimos por la carena hasta llegar a la cima del Cabrera, donde aun quedan los restos de la base de una torre de lo que fue el Castell de Cabrera. Un pequeño momento de sol nos permite disfrutar de las vistas hacia el Puigsacalm con el Pirineo nevado como telón de fondo. Un último tramo de carena, estrecho pero totalmente horizontal, nos separa del Santuari de la Mare de Deu de Cabrera.
Cima del Cabrera, con los restos del Castell de Cabrera.
El Puigsacalm, detrás a la izquierda el Bastiments.
Parece que quiera salir el sol.
La Vall d'en Bas.
El Santuari de la Mare de Deu de Cabrera.
El Camí de les Marrades.
Justo cuando llegamos al santuario se acaba la pequeña tregua de sol que hemos tenido y empieza a soplar un viento frío de norte... todo ha sido un espejismo de buen tiempo. El actual santuario se edificó en 1.641 sobre los restos de la antigua iglesia del castillo, destruida también por el terremoto de 1.428. La imagen original de la virgen (S.XIII), fue destruida en el 1.936 y luego se colocó la actual, de aspecto más gótico que románico. El edificio anexo al santuario funciona actualmente como bar-restaurante y aprovechamos para tomar algo caliente después de comer un bocadillo. Llama la atención que el agua la han de sacar del depósito con una bomba manual, a la antigua usanza.
Continuamos... detrás del santuario, a la izquierda, baja el Camí de les Marrades, este es el camino que se usaba para subir los suministros a lomos de burro. Nosotros decidimos bajar por el camino que sale hacia la derecha y que lleva a las escaleras del Grau Nou, justo detrás del santuario vemos que han instalado un pequeño teleférico para no tener que usar los burros.
Interior del santuario, muy bien cuidado.
La bomba de agua... en funcionamiento.
El pequeño teleférico para subir los suministros.
Empezamos la bajada por las escaleras.
Abajo el Coll de Bram.
¡Suerte de la barandilla!
Las escaleras del Grau Nou se construyeron en el 1.952 y son la forma más rápida de llegar al Coll de Bram. Algo más 200 escalones superan el desnivel, siempre protegidos por una barandilla de hierro. Cuando llegamos al Coll de Bram vemos que el nombre es muy acertado, el viento brama aquí bastante fuerte, por lo que decidimos no acercarnos a la Agullola de la Tuta y empezar a bajar directamente de vuelta a Sant Julià de Cabrera.
Las escaleras del Grau Nou.
El sendero empieza algo escarpado.
Justo encima está el santuario.
Empieza a bajar más suave.
Y más suve, robles, boix, prados...
De vuelta a Sant Julià de Cabrera.
Terminamos la excursión, como no podía ser de otra manera, comiendo en Can Puntí en Cantonigròs... nada mejor que una buena comida y una animada charla con los amigos para terminar el día.
Distancia: 4,6 Km.
Desnivel acum.: +414 mts. -414 mts.

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