sábado, 8 de mayo de 2021

Palau Maricel, Sitges

De vuelta a Sitges... con el buen tiempo y el calorcillo parece que también empieza a mejorar la situación sanitaria en general, y nos decidimos por ir a dar un paseo para disfrutar del sol y el buen tiempo. Pero claro, no nos resulta posible ir a cualquier lugar y no visitar algún museo, una iglesia, lo que sea... Así que nos acercamos a visitar lo único que nos quedaba por ver en Sitges, el Palau Maricel.
De vuelta a Sitges.
Conjunto noucentista de Maricel.
La entrada por el Racó de la Calma.
Bonito forjado de la entrada.
El Palau Maricel o Maricel de Terra -para distinguirlo del edificio del Museu Maricel o Maricel de Mar- forma parte del conjunto noucentista de Maricel. Fue construido por Miquel Utrillo (ingeniero, pintor, decorador...) entre 1910 y 1918, por encargo del magnate americano Charles Deering, amigo de Ramón Casas, para celebrar fiestas y exponer su gran colección de arte. Para la construcción utilizó elementos arquitectónicos originales de diferentes lugares, como la puerta de acceso de estilo gótico del Palacio Villena de Cadalso de los Vidrios de Madrid, una pequeña puerta en la escalera proveniente del Santuari del Tallat, y otros que se ven en el interior.
Patio de entrada del palacio.
El emblema de Maricel.
Vista del patio desde la escalera.
La galería del primer piso.
Puerta en el rellano de la escalera.
Puerta de acceso a la antesala del primer piso.
Desde el principio de la visita, nos damos cuenta que hay que ir todo el rato mirando arriba y abajo. Los alicatados de las paredes, las baldosas del suelo, los artesonados del techo... todo tiene un diseño diferente en cada estancia, un poco abigarrado a veces, pero espectacular en su conjunto. De la antesala se pasa al gran Saló d'Or y en un lateral de este, al Saló Capella. El Saló d'Or se encuentra presidido por una espectacular chimenea neogótica, obra de Josep M. Camps i Arnau (1879-1968) en alabastro blanco, y proveniente del Palau de la Generalitat.
La antesala del primer piso.
Las baldosas del Saló d'Or.
El gran Saló d'Or.
Vista del salón desde la cabecera.
El Saló Capella.
Lámpara de forjado del Saló Capella.
La magnífica chimenea neogótica.
Detalle de los azulejos del salón.
El itinerario señalizado obvia la sala contigua -el Saló Blau- y nos lleva directamente a las terrazas. Estas son un espacio que -sobre todo en un día como hoy- son un derroche de luminosidad. La terraza principal está decorada con cerámicas en tonos azules que nos recuerdan a los de Lisboa. En verano se organizan conciertos que deben de ser una delicia.
Las terrazas.
Detalle de una de las cerámicas de la terraza.
Fuente ornamental de la terraza principal.
Pequeña fuente-surtidor en una de las terrazas.
El siguiente espacio del recorrido es el claustro, para nuestro gusto la estancia más espectacular de todas. Está construido con una de las alas encarada directamente al mar a modo de balconada, muchos de los capiteles son originales medievales, posiblemente reaprovechados de San Francisco de Silos o Santa María de Poblet. Los baldosines de cerámica con escenas de oficios, animales y frutas, provendrían del Hospital de la Santa Creu de Barcelona. La decoración del techo (hojas en colores otoñales sobre fondo azul) combina a la perfección con los azulejos y con el azul del mar y del cielo, haciendo honor al nombre del edificio... Maricel.
El claustro.
Otra visión del claustro.
Banco de azulejos del claustro.
Balconada del claustro... Maricel.
Detalle de la pintura del techo.
Decoración cerámica del claustro.
Ahora el recorrido nos devuelve al primer piso, al Saló Blau, contiguo al Saló d'Or por el que hemos pasado antes. Este es mucho más sobrio pero en cualquier caso sigue siendo muy señorial. El artesonado, las baldosas del suelo, las lámparas... todo son detalles en los que detenerse para admirarlos.
El Saló Blau.
Detalle del artesonado del Saló Blau.
Baldosas del Saló Blau.
La salida del recorrido.
Detalle de la barandilla.
El gran portón de salida.
El recorrido se finaliza saliendo por la otra entrada del palacio. La penumbra y frescor de esta especie de recibidor contrasta con la luminosidad y calidez que se ve a través del gran portón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por tus comentarios!!!