viernes, 24 de febrero de 2023

Turismo en la Terra Alta (I), Gandesa y Corbera d'Ebre

Nos vamos unos días a la Terra Alta para conocer algunas de las Catedrals del vi, término acuñado por el escritor Angel Guimerà para referirse a las grandes bodegas cooperativas construidas en estilo modernista durante las dos primeras décadas del S.XX. Nuestra primera visita es al Celler Cooperatiu de Gandesa, obra de Cesar Martinell discípulo de Gaudí y de Puig i Cadafalch. Fue construido en 1920 y consta de dos naves de tinas de cemento con cubiertas de volta catalana de ladrillo visto y soportadas por arcos de diafragma parabólicos, también de ladrillo visto. Una tercera nave, más estrecha que las anteriores, albergaba la maquinaria de recepción de la vendimia y la cuarta nave, perpendicular a las tres anteriores, es la nave de prensado.
Cooperativa Agrícola de Gandesa.
Detalle de uno de los depósitos de agua.
Fachada principal y zona de recepción.
Lateral de la nave de elaboración.
Vierteaguas de cerámica y bóvedas de ladrillo.
Zona de recepción de uva en desuso.
Tronera de ventilación de la nave de elaboración.
Cerámica de la denominación de origen Terra Alta.
La bodega modernista ya no está en uso para vinificación, solo está dedicada a las visitas y la tienen muy limpia y preparada para tal efecto. La recepción de las visitas se hace en una sala que antes era la taberna o tienda de la bodega, esta primera sala tiene una arquitectura en ladrillo visto excepcional, preludio de lo que viene después. La visita la hacemos siguiendo la audioguía directamente con el móvil mediante códigos QR que se van escaneando a lo largo del recorrido. Primero las dos naves de las tinas de cemento y la nave lateral de recepción, luego la sala de prensas y, finalmente, se accede a la parte de arriba de las tinas. Esta última es la parte más espectacular de la visita, ya que permite ver en detalle el intrincado trabajo de columnas y arcos parabólicos que soportan las bóvedas de volta catalana.
Sala de recepción de visitas, la antigua taberna.
La nave central.
Boceto original de Cesar Martinell.
La historia de la cooperativa a través de sus vinos.
Nacimiento de los arcos parabólicos de las naves.
Bóvedas de ladrillo, la volta catalana.
Sala de prensas.
Separación entre la nave de prensas y las de tinas.
Zona superior de las tinas.
Impresiona la maestría del trabajo en ladrillo.
Magnífica perspectiva.
Arco parabólico al completo.
En la sala de prensas hay una exposición de diferentes documentos y objetos relacionados con la historia de la cooperativa y la guerra civil, omnipresente en esta comarca.
Tras la visita a la cooperativa nos damos un paseo por el casco antiguo del pueblo hasta llegar a la iglesia de la Mare de Déu de l'Assumpció. De la original iglesia románica solo se conserva la portalada de la entrada (S.XII) y una ventana medio cegada en la misma fachada, el resto de la construcción es posterior, principalmente del S.XVIII. Las tres arquivoltas y las impostas de la portada presentan una intrincada decoración de motivos geométricos y figurativos, típica de la llamada escuela de Lleida.
Nuestro paseo nos lleva ahora hasta el Carrer Miravet, donde vemos varias casas señoriales. Una de estas es la casa familiar de la madre de Ramón Serrano i Sunyer, el "cuñadísimo" de Franco, quién para esconder su origen catalán se hacía llamar Serrano Suñer. También encontramos una curiosa escultura metálica en una de las paredes de la calle que representa la leyenda de La Serena, que se podría considerar una herencia de las sirenas de la mitología griega.
Portada de la iglesia de la Assumpció.
Ventana románica medio tapiada.
Capiteles del lado izquierdo.
Capiteles del lado derecho.
Relieves de la imposta izquierda.
Relieves de la imposta derecha.
Detalle de la imposta izquierda.
Detalle de la imposta derecha.
El campanario desde la Plaça de l'Església.
Portada lateral de la iglesia.
Soportales de la Plaça de l'Esgésia.
Palau dels Purroi.
Carrer de Miravet.
La Serena de Gandesa.
Cruz florenzada en uno de las casas.
Casa Serrano i Sunyer.
Toda esta zona está irremediablemente marcada por la Batalla del Ebro, sin duda la más dura y sangrienta de toda la Guerra Civil. Fueron 115 días de combates que dejaron un balance de unos 30.000 muertos entre ambos bandos y un rastro de destrucción inimaginable en los pueblos de esta zona. Corbera d'Ebre es uno de los pueblos que resultaron destruidos por los bombardeos, tras la guerra civil los vecinos reconstruyeron las casas y la iglesia en la parte baja al lado de la carretera, quedando el Poble Vell como testimonio de la barbarie de la guerra.
Antes de empezar la visita tenemos la suerte de encontrarnos con Jesús Pedrola, el único vecino que se negó a mudarse al pueblo nuevo y aún vive en la misma casa que nació, también es el principal impulsor de la conservación del lugar. Una de sus iniciativas es el "Abecedari de la llibertat", una serie de esculturas repartidas por el pueblo y acompañada cada una por un texto o poema, todos obra de diferentes artista y escritores.
Monumento a las Brigadas Internacionales.
La Serra de Cavalls.
De charla con Jesús Pedrola al lado de su casa.
Subiendo a la Església Vella de Sant Pere.
Monumento de la letra M, obra de Jesús Pedrola.
Interior devastado de la iglesia.
Utensilios recuperados en el frente de guerra.
Restos de armamento.
Una de las calles principales.
Este olivo sobrevivió a la guerra.
Ruinas apenas en pie.
Puerta a la barbarie de la guerra.
Tras un día tan ajetreado nos vamos a Pinell de Brai, donde aparcamos la furgoneta en el área municipal de acampada y disfrutamos de una botella de Puresa Garnatxa Blanca 2019 de la Cooperativa de Gandesa con la cena.
Zona municipal de acampada de Pinell de Brai.
Disfrutando de una excelente garnacha blanca de Gandesa.

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