jueves, 27 de julio de 2023

Románico alrededor del Canigó (III) Abadía de Sant Martí del Canigó

El plan para hoy es visitar la abadía de Sant Martí del Canigó, pero al salir del camping a primera hora no podemos evitar parar a admirar, ni que sea el exterior, de la iglesia de Santa María de Cornellà de Conflent (S.XI-XII). Es lo que queda de una canóniga agustina, convertida ahora en iglesia parroquial. El único ábside visble desde el exterior está decorado con frisos de dientes de sierra, arcuaciones lombardas y tres ventanas con arquivoltas, columnas y capiteles. El pórtico con cinco arquivoltas tiene unos capiteles muy bonitos y en el tímpano está representada la Virgen María en majestad, dentro de una mandorla flanqueada por dos ángeles.
Santa María de Cornellà de Conflent (S.XI-XII).
Detalle de los capiteles de la portada.
Herrajes originales de la puerta de entrada.
Detalle de la Sedes Sapientiae del tímpano.
Campanario de estilo lombardo puro.
El ábside ricamente decorado.
Para acceder a la abadía se ha de aparcar en el pueblo de Castell de Vernet y seguir el camino, pavimentado y señalizado, que sube por entre el bosque desde los 750 mts del pueblo hasta los 1.094 mts de la abadía. Es un agradable paseo de unos cuarenta minutos, sin prisas y disfrutando del paisaje y el frescor del bosque a primera hora.
Casteil de Vernet.
Camino de subida a Sant Martí del Canigó.
Paisaje absolutamente espectacular.
Sant Martí Vell a mitad de la subida a la abadía (S.XI-XII).
La abadía de Sant Martí del Canigó (S.X-XI).
Las edificaciones nuevas mantienen el estilo.
Las visitas son siempre guiadas y en francés, por suerte te dan un pequeño folleto en castellano o catalán con los datos más relevantes de la visita. La verdad es que podrían ponerse un poco las pilas y hacer visitas también en catalán y castellano, dada la gran afluencia de turistas de Catalunya.
La abadía fue fundada el año 997 por Guifré II de Cerdanya, conde de Cerdanya y Conflent y bisnieto de Guifré el Pilós, para establecer una comunidad de monjes benedictinos. El terremoto de la Candelera en 1428 afectó seriamente a la abadía, se derrumbaron varias de las dependencias de los monjes y el piso superior del campanario. Desde ese momento todo fue en declive, en el fogatge de 1497 solo constaban cuatro monjes incluido el abad y en 1783 los cinco monjes que quedaban solicitaron la secularización de la abadía para abandonarla, lo que se realizó ese mismo año. A partir del abandono comenzó el espolio de capiteles, columnas y bloques de piedra por parte de los vecinos del entorno.
Fue a partir de 1902 que el obispo de Perpinyà, Juli Carsalde, impulsó las obras de reconstrucción de la abadía a instancias de su amigo Jacint Verdaguer. Gracias a los donativos de miles de catalanes de ambos lado del Pirineo se compraron las ruinas y se logró recuperar parte de los capiteles y columnas. En 1988 se restableció la vida monástica a cargo de la Comunidad de las Bienaventuranzas.
Empezamos la visita guiada.
Escultura de Sant Martí de Tours.
Galería meridional del claustro.
La iglesia vista desde el claustro.
Arcadas de la galería del claustro.
Vista del claustro.
Los capiteles y columnas recuperados se dispusieron en la galería meridional del claustro a modo de balconada sobre el paisaje del Pirineo. Datan del S.XII-XIII y se pueden ver animales fantásticos, simios, serpientes, una celebración de la misa con su procesión, Salomé bailando, motivos vegetales... En total son catorce los capiteles recuperados, más otros dos dispuestos en el porche de entrada a la iglesia inferior. Vale la pena entretenerse en observarlos por sus diferentes caras.
En las paredes interiores de la galería del claustro también se han dispuesto varias laudas sepulcrales de diferentes abades, procedentes de la iglesia inferior o cripta, algunas de los cuales aún conservan restos de policromía.
La iglesia inferior, dedicada a Santa María, consta de tres naves parcialmente excavadas en la roca y culminadas por sus correspondientes ábsides. Las naves están cubiertas con bóvedas de arísta la del lado norte y con bóvedas de medio punto las otras dos. Los pilares son cruciformes y macizos a excepción de los de delante del presbiterio que son unas columnas con capiteles muy arcaicos y otras columnas y capiteles incrustados en los pilares macizos.
Nave central de la iglesia inferior.
Nave lateral y su pequeño ábside.
Bóvedas de crucería de la nave lateral.
Curiosa columna encastada en un pilar.
Una de las columnas delante del presbiterio.
La otra nave lateral.
Cuando vamos a visitar la iglesia superior resulta que se está desarrollando un oficio religioso y apenas nos dejan pasar de la puerta y mucho menos hacer fotos (la que he puesto está descargada de la Wiquipedia). Resigue exactamente la planta de la iglesia inferior pero es de mayor altura, los pilares que sustentan los arcos torales tienen unos capitales igual de arcaicos que los de la iglesia inferior.
La visita concluye por lo que, originalmente, era la entrada al recinto bajo el campanario. En un lateral se pueden ver las tumbas de Guifré II, quien se retiró al monasterio el 1035 falleciendo el 1050, y su esposa Guisla del Pallars.
Fachada de la iglesia superior.
Interior de la iglesia superior.
Llamando a oración.
La entrada original al recinto bajo el campanario.
Tumbas de Guifré II y su esposa Guisla.
Detalle de la tumba antropomorfa.
Antes de iniciar el camino de vuelta a Castell me acerco al mirador que está situado a poco más de diez minutos y que proporciona una vista increíble sobre la abadía.
Vista de la abadía desde el mirador.
La Font Viva.
De bajada entre el bosque.
Herrajes de la iglesia de Sant Martí de Castell.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por tus comentarios!!!