Cueva de Fontrabiouse

Para terminar nuestro fin de semana en el Capçir decidimos visitar la Cueva de Fontrabiouse. Esta cueva fue descubierta en el año 1.958, una voladura en la cantera de mármol del pueblo dejó al descubierto una oquedad, de 20 metros de profundidad, que daba acceso a una de las salas de la cueva.

La dificultad del acceso y el haber sido descubierta hace tan poco tiempo explican el magnifico estado de conservación de todas las formaciones.

Otro punto interesante es que al no ser una gruta con conexión natural al exterior, es un cueva biologicamente muerta, y como no hay fauna ni flora autóctona a proteger es posible hacer todas las fotos que quieras, con o sin flash.

La entrada es un poco cara (10,5 €) pero realmente vale la pena. Las visitas son guiadas y se accede a la cueva por el nivel superior de galerías.

En el interior de la cueva la temperatura es de unos 6ºC, por lo que hay que abrigarse para disfrutar de la misma.

Todo el recorrido está muy bien acondicionado. En este primer nivel hay un pequeño lago que, aunque no lo parezca, tiene dos metros de profundidad.

En el nivel inferior continúa la misma "orgía" de estalactitas, estalagmitas, coladas, concreciones... alguna muy finas y de crecimiento muy rápido que llaman "macarrones".

Una curiosidad, hay una pequeña concreción blanca en forma de mariposa de la que solo se conoce otra más en la República Checa.

El guía nos comenta que solo hay dos niveles abiertos al público, pero que una gran parte de la cueva solo es accesible a los espeleólogos, que continúan explorándola.

En total la visita es, aproximadamente, de un kilómetro de galerías de los diez que se conocen y termina en una cava justo debajo del centro de recepción, donde venden recuerdos y productos de la zona.