De turismo por Madrid

Aprovechando que vamos a visitar a la familia, el sábado a la tarde nos damos una vuelta por el centro de Madrid, el Parque del Retiro, la Puerta del Sol, la Plaza Mayor...

La antigua estación de Atocha.	La Cibeles, uno de los símbolos de Madrid.
¡Mírala, mírala, mírala, mírala!... La Puerta de Alcalá.	Estanque del Retiro con el monumento a Alfonso XII.
Paseo Argentina.
Primavera en un rincón tranquilo del Retiro.	La Plaza Parterre.
El Palacio de Cristal y su estanque.	La estructura de metal y vidrio es muy bonita.

En el centro había una manifestación a punto de empezar con apenas unos 50 participantes y la Carrera de San Jerónimo con el Congreso de Diputados estaba totalmente blindado por la policía... ¡casi que había más policías que manifestantes!.

Si en el Parque del Retiro ya nos pareció que había mucha gente, la parte del centro resultó ser un pandemónium. Por la Puerta del Sol casi no se podía caminar, y la parte más castiza, Plaza Mayor y alrededores, estaba abarrotada de turistas. Realmente parece que el centro de Madrid se ha convertido en una especie de parque temático.

El Congreso, totalmente bloqueado por la policía.	El Oso y el Madroño, emblema de Madrid.
Carlos III, uno de los reyes más importantes para Madrid.	Riadas de gente en la calle Preciados.
Real Casa de Correos, Km 0 cero de las carreteras radiales.	La estatua de Felipe III en la Plaza Mayor.

Siempre que venimos a Madrid nos gusta acercarnos el domingo por la mañana al Rastro y esta vez no iba a ser menos. Lo mejor es abandonar rápidamente la calle Ribera de Curtidores, donde se acumula el grueso de paradas, y callejear por la Plaza Vara del Rey y alrededores, que es donde están las paradas de los anticuarios

Plaza de Cascorro, inicio del Rastro.	Parada de antigüedades en la Plaza Vara del Rey.
Calle Ribera de Curtidores, el eje del Rastro.	Puente de Toledo.

Madrid sigue siendo una ciudad cautivadora pero nos deja una cierta sensación de neurosis con tanto despliegue de seguridad. Lamentablemente son los tiempos que corren y ninguna gran ciudad se libra.