martes, 11 de abril de 2017

Turismo por el sur de Francia (II) - Beziers, abadía de Valmagne y Bassin de Thau

Salimos temprano de Narbonne en dirección a Beziers. Sobre las 10 de la mañana estamos en la puerta de la Oficina de Turismo de Beziers haciéndonos con un plano turístico de la ciudad. Ya de principio nos sorprende que tengan tan poca información.
Empezamos nuestra "decouverte" de hoy dirigiéndonos hacia los vestigios del anfiteatro romano del S. I... ¡menuda decepción!, decir vestigios es ser realmente optimista para calificar un agujero en el suelo con apenas unas columnas.
Con la decepción a cuestas nos acercamos a la iglesia de Saint-Jacques, que es lo que queda de una antigua abadía agustina del S. IX. La decoración del ábside es muy bonita y el interior es de un románico totalmente austero. Las vistas desde la plaza que hay en la entrada son de las mejores de Beziers.
Vestigios del anfiteatro romano... muy optimista.
Portada lateral neo-románica de la iglesia de Saint-Jacques.
Vista del puente del Canal du Midi sobre el río Orb.
Y al otro lado la catedral de Saint-Nazaire.
Detalle de la decoración del ábside de Saint-Jacques.
Interior de la iglesia de Saint-Jacques.
A cuatro pasos de Saint-Jacques se encuentra el Museo Biterrois, donde se ha recopilado toda la historia de Beziers, desde la geología de la zona, pasando por la prehistoria, la edad de bronce, el imperio romano y así hasta la actualidad.  En la sección dedicada al imperio romano nos llama la atención una colección de bustos en mármol, representando diferentes emperadores romanos. Después de buscar información acerca de esta colección, resulta que este grupo estatuario se encontró en Beziers pero está en el Museo Saint-Raymond de Toulouse, lo de Beziers son reproducciones.
Petroglifos, la edad de piedra.
La edad de bronce.
Estelas con inscripciones en latín.
Conjunto estatuario de Beziers.
El emperador Germanicus.
El emperador Tiberio.
El "Pepezuc". Representaría a Tétrico II.
Magnífica urna de mármol.
Un sarcófago tardoromano.
Y otro más clásico.
Virgen con Niño de estilo románico.
Otra Virgen con Niño, esta de estilo gótico.
Busto de Pierre-Paul Riquet, constructor del Canal du Midi.
Exposición de material vinícola.
Después de visitar el museo nos dirigimos a la catedral de Saint-Nazaire. Construida entre los siglos XIII a XV tiene planta de cruz griega, la altura de la nave principal es de 32 metros y la fachada principal luce un magnífico rosetón de 10 metros de diámetro, también destacan las vidrieras del ábside, el órgano (S. XVII) y las magníficas puertas de Nogal situadas debajo de este.
Ábside y torreón de la catedral de Saint-Nazaire.
La nave principal es muy esbelta.
Fachada principal de aspecto fortificado.
El órgano, el rosetón y las puertas de nogal.
¡Otra vez nos pilla el horario francés! a las 12 en punto cierra la catedral por lo que no nos es posible visitarla a fondo, por suerte el claustro y los Jardines del Obispo no cierran a mediodía y para allí que nos vamos. El claustro es muy sencillo, de estilo gótico y nos recuerda mucho al de la catedral de Narbonne. Los jardines son más bien una terraza en dos niveles, pero las vistas sobre el río Orb y el Pont Vieux son muy buenas.
Una de las alas del claustro de Saint-Nazaire.
El claustro es muy sencillo, parecido al de Narbonne.
Los jardines del obispo, pequeños pero con buenas vistas.
El Pont Vieux visto desde los jardines del obispo.
Lógicamente, alrededor de la catedral hay bastantes restaurantes. Nosotros fuimos a Les Louis y quedamos muy contentos con la atención y la calidad. Con la panza llena nos cuesta un poco volver a ponernos en marcha... ¡que dura es la vida del turista!.
La siguiente visita es la iglesia de La Madeline. Esta iglesia es famosa por la masacre del 22 de Julio de 1.209. En el curso de la Cruzada Albigense de Inocencio III contra los cátaros, las tropas del legado pontificio, el abad Arnaud Amaury, pusieron sitio a la ciudad de Beziers. Cuando los cruzados lograron entrar en la ciudad, masacraron a la práctica totalidad de la población, incluida aquella que se había refugiado en la iglesia de La Madeleine, a la que prendieron fuego con toda la gente dentro. Al preguntar a Arnaud Amaury como podrían distinguir a los cátaros de los católicos, éste les respondió: “Matadlos a todos. Dios sabrá reconocer a los suyos”... vamos, ¡que no dejaron títere con cabeza!.
De planta basilical y originalmente de estilo románico, fue parcialmente reformada al estilo gótico como se puede ver en los arcos ciegos del ábside. En el interior llama la atención que no hay bóveda alguna, tan solo el entramado de madera del tejado. Como estaban con los preparativos de la Semana Santa hicimos una visita rápida, intentando no molestar, y nos fuimos a ver el Pont Vieux.
Iglesia de La Madeleine.
Los curiosos arcos románicos reconvertidos a góticos.
Detalle del friso románico del ábside.
El Pont Vieux sobre el río Orb.
La catedral vista desde el Pont Vieux.
El Camino de Santiago también pasa por el Pont Vieux.
No podíamos terminar la visita a Beziers sin ver el Canal du Midi, en concreto las esclusas de Fontsèranes y el puente del canal sobre el río Orb. Las esclusas de Fontsèranes, son un conjunto de ocho esclusas que permiten salvar un desnivel de 21,5 metros, por su parte el puente sobre el río Orb tiene una longitud de 240 metros y una anchura de 28 metros. Ambas son unas obras de ingeniería formidables para la época.
Las esclusas de Fontséranes.
Construidas en 1.697 y siguen funcionando.
La antigua casa de los encargados de controlar las exclusas.
¡Un canal que pasa por encima de un río!.
El puente del canal sobre el río Orb.
Le Port Neuf, el puerto de Beziers.
Con el Canal du Midi damos por terminada la visita a Beziers. La verdad es que no nos ha impresionado tanto como Narbonne, pero aún así vale la pena la visita.
Al día siguiente decidimos acercarnos a visitar la Abadía de Sainte-Marie de Valmagne y el Bassin de Thau. Al pasar por el pueblo de Montagnac vemos un cartel que indica que su iglesia de Saint-Andrè es del S. XIV y decidimos parar a visitarla. De planta basilical, los tres ábsides  poligonales de la cabecera son sencillos pero elegantes. El interior es amplio y luminoso, y el campanario luce un friso muy trabajado en la parte superior.
Ábsides de la iglesia de Sainte-Andrè en Montagnac.
La nave y el ábside principal.
Vista de la entrada principal y el campanario.
El friso superior del campanario.
Sainte-Marie de Valmagne es una abadía cisterciense del S. XII-XIII. Durante la Revolucion Francesa fue confiscada por el estado y posteriormente vendida, en 1.791, a M. Granier-Joyeuse que dedicó la nave principal al envejecimiento de vino, gracias a lo cual se ha conservado en muy buen estado. Actualmente continúa en manos privadas.
Entrada principal de la iglesia.
La nave principal con los fudres de madera ahora vacíos.
Pero aún huelen a vino.
El ala del claustro que da acceso a la sala capitular.
La entrada a la sala capitular.
El templete gótico de la fuente.
La fuente es un remanso de tranquilidad y frescor.
Vista de la abadía desde el jardín-huerto de la entrada.
Continuamos ruta hacia Bouzigues, en la orilla del Bassin de Thau. Este es un pequeño pueblo dedicado totalmente al cultivo de ostras, mejillones y almejas. Decidimos comer ahí mismo, en uno de los múltiples locales en los que puedes comprar para llevar o bien comer ahí mismo, acompañando con un vino blanco local bien fresquito.
El pueblo de Bouzigues en el Bassin de Thau.
La comida de hoy... ¡deliciosa con un vino blanco fresquito!
Vista general del Bassin de Thau, al fondo el pueblo de Sète en la pequeña colina.
Después de comer emprendemos el camino de vuelta, aunque aun haremos una parada para visitar la Catedral y claustro de Elne.

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