domingo, 10 de noviembre de 2019

Castelló d'Empúries

La primera mención de Castelló d'Empúries data del año 879. Hacia el 1064 los condes de Ampurias trasladaron su residencia, y con ella la capitalidad del condado, de la Vila d'Empúries a Castelló. El centro histórico de Castelló todavía conserva buena parte de su trazado y aspecto medieval, aunque muy desdibujado por los sucesivos reaprovechamientos y reformas de las casas y edificios. La mejor manera de visitar el pueblo es apuntarse a alguna de las visitas guiadas que se organizan a través de la Oficina de Turisme.
La Catedral de l'Empordà.
Vista desde la Plaça Joan Alzina.
Mientras esperamos a comenzar la visita guiada, nos damos una vuelta para ver algunos de los puntos de interés. La Torre Carlina, el Pont Vell, la Casa Gran, las murallas y el Rec del Molí, el Convent de Sant Domènec... en cada uno hay un cartel que te explica un poco la historia del mismo. La misma Oficina de Turisme se encuentra en un edificio gótico del S.XIV, la antigua Llotja de Mar, en la Plaça dels Homes. El nombre de la plaza viene dado porque era el lugar donde se reunían los jornaleros para que los propietarios de los campos los contrataran.
La Torre Carlina (S.XIX).
El Pont Vell (S.XIV).
La Casa Gran (S.XIV-XV).
Las murallas y el Rec del Molí.
Iglesia del Convent de Sant Domènec (S.XVIII).
El claustro es ahora el aparcamiento del ayuntamiento.
La Oficina de Turismo en la Llotja de Mar (S.XIV).
La Creu del Fossar (S.XV) delante de la basílica.
La visita guiada sale de la Oficina de Turisme y comienza por la Basílica de Santa María. Esta es de estilo gótico (S.XIII-XV), construida sobre la primitiva iglesia románica, y sorprende por su tamaño y esplendor, desproporcionado para una población tan pequeña como Castelló d'Empúries. En el S.XII  los Condes de Empúries hacía tiempo que habían abandonado la ciudad costera de Empúries, debido a los numerosos ataques de los piratas, y querían recuperar la sede episcopal que había tenido la ciudad de Empuúries en los siglos VI-VII, cuando pasó a depender del obispado de Girona. Desgraciadamente para Castelló, el obispado de Girona nunca aceptó la división de su territorio, a pesar de disponer de una bula papal favorable a esta nueva diócesis. En cualquier caso, a la Basílica de Santa María le ha quedado el porte y el nombre de "Catedral de l'Empordà".
El campanario es de aspecto románico lombardo, pero se construyó en el S.XIV manteniendo el estilo románico. La decoración de las molduras de separación de los pisos es claramente gótica, con pequeñas arcuaciones ojivales y decoración con caras y motivos vegetales en las ménsulas. El exterior del ábside se encuentra en un estado algo precario, con algunos arbotantes reforzados con muros de ladrillo, lo mismo que algunos contrafuertes... la verdad es que necesita una restauración urgentemente.
La portada de la fachada principal es el último elemento que se construyó (S.XV), es toda de mármol con la Epifanía representada en el tímpano. En las bases de las arquivoltas, protegidos por doseles, aparecen representados los doce apóstoles. Un detalle curioso es que la imagen de San Judas Tadeo (el primero por la izquierda) es una talla moderna, hecha para sustituir la original que se encuentra en el museo. Los chavales del pueblo, y los no tan chavales, se dedicaban a tirarle piedras, confundiéndole con Judas Iscariote y quedó hecha un cristo.
La fachada de la Basílica de Santa María.
Vista desde el Cementiri dels Jueus conversos.
Portada principal de mármol (S.XV.).
Detalle del tímpano con la Epifanía.
Gárgola con forma de león.
Y otra con un grifo.
La nave principal resulta majestuosa, como correspondería a una catedral, es de planta basilical con tres naves, un ábside central sin girola, y pequeñas capillas entre los contrafuertes. A primera vista ya se aprecian varias cosas curiosas... La primera es que en la fachada orientada al norte no se abrieron ventanales, lógico ya que la tramontana no habría dejado ningún vitral en pie. La segunda curiosidad es que los dos primeros tramos de las naves laterales son casi la mitad de altos que el resto, correspondiendo al estilo gótico francés primitivo, lo que indica que la construcción se hizo en dos etapas con maestros de obra diferentes. Lo tercero que llama la atención son las columnas redondas en lugar de octogonales más típicas del gótico, le dan a la nave un aspecto algo extraño, como bizantino.
La nave principal y la cabecera.
Vista hacia los pies con el órgano (1854).
Los dos primeros tramos más bajos.
Curioso detalle en la columna del segundo tramo.
El retablo que preside el altar es una auténtica obra maestra del gótico flamígero. Es de alabastro, originalmente policromado, y obra de diferentes maestros. En la pradela se representan ángeles con los diferentes emblemas, como el escudo de Castelló o el de la Pasión. En el registro intermedio hay una secuencia completa de escenas de la Pasión, desde la Última Cena hasta el Entierro de Cristo. En la parte superior está la imagen de la Virgen de la Candelaria (patrona de Castelló) en una hornacina, flanqueada por unos pináculos, claramente añadidos con posterioridad. Seguramente el proyecto original quedó inacabado, a falta del registro superior, y los pináculos se añadieron para "acompañar" la hornacina de la Virgen. Estos pináculos recuerdan a las torres de la Sagrada Familia de Barcelona, y algunos opinan que sirvieron de inspiración a Gaudí.
Retablo gótico en alabastro (S.XV).
La Virgen de la Candelaria.
El Prendimiento, el Ecce Homo y el Vía Crucis.
La Crucifixión, el Descendimiento y la Dolorosa.
La Última Cena.
El Entierro en el sepulcro.
Capillas del ábside, detrás del retablo.
Clave de bóveda con el escudo de los condes de Empúries
Sepulcro en una de las capillas del ábside.
Cirio con la cronología completa de la basílica (879-2006).
Los sepulcros que hay a cada lado del altar mayor corresponden (según pone en los cartelitos) a los condes Pere II y Ponç el Magaulí. Inicialmente se encontraban en una capilla del convento de los Dominicos, luego fueron traslados al nuevo convento de Sant Domènec, en 1841 se recolocaron en las capillas de detrás del altar mayor de la basílica y, finalmente, en 2002 se volvieron a mover a la posición actual. En este último traslado se examinó el interior de los sarcófagos y se encontraron restos de hasta seis personas ¡normal con tanto trajín! por lo que la identidad de los ocupantes es más que dudosa.
Sarcófago de Ponç Magaulí.
Sarcófago de Pere II.
También muy interesante es una doble pila bautismal situada a la entrada de la basílica. Aunque es de estilo románico, resulta que cronológicamente no lo es. Se ha conservado un contrato de principios del 1310 entre los clérigos de Santa María de Castelló y Arnau Font, cantero al que se le encargó la realización de una pila bautismal, similar a la que en ese momento había en la catedral de Girona, hoy desparecida, por lo que esta es la única de este tipo. Los dos recipientes están interconectados, y el pequeño se usaba para bautizar a los niños, mientras el grande era para los adultos. De las vidrieras originales solo han sobrevivido unas pocas que están todas recolocadas en el ventanal central del ábside, sin ningún orden lógico. Pero encima de la pila bautismal sí que se ha conservado un pequeño óculo en su situación original, cuyo vidrio central ha sido restaurado recientemente.
Pila bautismal doble (S.XIV).
Vidriera del pequeño óculo.
Al entrar en el pequeño museo parroquial, lo primero que se ve es la estatua original de San Judas Tadeo de la fachada, realmente quedó bien destrozada con las pedradas. Quizás las piezas que más nos llaman la atención son una cruz procesional del S.XVI y una virgen de estilo plateresco (S.XVII) en plata repujada. También se pueden ver algunos de los restos que se han ido encontrando en las obras de la basílica, como lápidas y algunos capiteles y ménsulas románicos.
Imagen original de San Judas Tadeo de la portada.
Cruz procesional (S.XVI).
Imagen de la Virgen en plata repujada (S.XVII).
Ménsula románica.
Diferentes lápidas encontradas en la basílica.
Y esta otra escrita en hebreo.
La visita continúa en la Curia y la prisión. La Curia era el edificio de los juzgados, y justo al lado se encuentra el edificio de la prisión... ¡muy lógico!. Fue construido por orden del conde d’Empúries Pere I d’Aragó en la antigua localización del castillo, aprovechando sus restos. La plaza en la que se encuentra, la Plaça Rei Jaume I, correspondería al antiguo patio de armas del castillo. Aparte de algunas lápidas procedentes del antiguo cementerio judío, lo que más nos llama la atención son dos espectaculares ménsulas de madera de las vigas de la misma Curia. En uno se encuentran representados los condes de Empúries, Pere I y su mujer Joana de Foix, en el otro se representa a un juez de la Curia dictando sentencia y un escribano tomando nota de la misma.
La prisión (S.XIV) anexa a la Curia.
Ventanas de la prisión con las rejas originales.
Edificio de la Curia (S.XIV).
Medida de grano de Castelló.
Las dos ménsulas conservadas.
Los Condes d'Empúries Pere I y Joana de Foix.
El juez y el escribano.
Lapidas funerarias judías.
La prisión está muy bien conservada, de hecho estuvo en uso hasta finales del S.XIX, y en el museo de la Curia se puede ver una fotografía (1888-1889) en que aparece el último carcelero conocido. Solo se visitan las celdas de la planta baja, las destinadas a los presos comunes, aquellos que tenían suficiente estatus o dinero se les situaba en la primera planta, más "acogedora". Las celdas dan a un pequeño patio interior en el que apenas entra el sol, lo que proporciona una sensación triste y algo agobiante (supongo que buscada), en algunas aún se conservan "grafitis" realizados por los presos para pasar el tiempo. Se han colocado unos monigotes representando a un preso y a un carcelero para dar un poco de ambientación.
Puerta entre la Curia y la Prisión.
Escaleras de acceso a las celdas del primer piso.
El pequeño patio interior de las celdas.
Monigote en el interior de una de las celdas.
La habitación del carcelero.
Juegos grabados en la pared.
"Grafiti" de la fragata.
Foto del último carcelero documentado.
Una vez visitadas la Curia y la prisión, nos vamos dando un paseo hasta la muralla y el Rec del Molí. Este es el canal que se construyó, aprovechando el foso de las murallas, para mover el antiguo Molí del Mig. Tomaba el agua desde Vilanova de la Muga con un recorrido de cinco kilómetros, y también provee de agua a los huertos de alrededor. Al final del paseo se encuentra el Portal de la Gallarda, el único portal que se conserva del recinto amurallado. Actualmente da acceso al patio de un restaurante, y cuando está abierto se puede acceder al entorno de la basílica por el mismo. Con esto damos por concluida nuestra visita a Castelló d'Empúries, otro rincón de esta maravillosa comarca.
La sinagoga estaba en este solar.
Paseo por el Rec del Molí.
El Portal de la Gallarda.
Vista de la torre desde el interior
La torre desde la terraza del restaurante.
Bonitas vistas sobre el Empordà y la Serra de Rodes.

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