lunes, 29 de marzo de 2021

Románico por el Alt Urgell (I)

Otra Semana Santa con restricciones a causa de la COVID-19. Se mantiene el toque de queda a las 10, los bares y restaurantes siguen con horario restringido... pero al menos nos podemos mover entre comarcas. Con todos esos condicionantes no queda otra que buscar alojamiento a media pensión, y fijamos nuestra "base de operaciones" para estos tres días en Organyà, en el hotel Dom.
De camino hacia l'Alt Urgell hacemos un alto en la comarca de la Noguera, en Ponts, para visitar la iglesia de Sant Pere de Ponts, fechada entre el siglo XI y XII y originalmente era una canoniga agustina. La iglesia de Sant Pere y el castillo de Ponts fueron incendiados y volados en 1839 por las tropas absolutistas durante la Primer Guerra Carlista. El cimborrio octogonal y la cubierta de la bóveda de los pies de la nave quedaron destruidos. En 1931 el lugar fue declarado Monumento Nacional, y durante el último cuarto del siglo XX se llevó a cabo su restauración gracias a la iniciativa popular.
Las visitas se han de concertar con antelación a través del Ayuntamiento de Ponts, como no lo hemos hecho nos conformamos con disfrutar de la arquitectura y el entorno. Lo más destacable son los tres ábsides de la cabecera, y el cimborrio culminado por un campanario octogonal de tres pisos en el crucero, todo en estilo lombardo. Se ha de reconocer que la restauración ha sido muy acertada. También son muy interesantes las lápidas sepulcrales altomedievales recuperadas.
Sant Pere de Ponts.
Fachada norte.
Sarcófago de estilo gótico al lado de la puerta norte.
Lápidas de la necrópolis altomedieval.
Espectacular el cimborrio octogonal.
Estado de la iglesia antes de la restauración.
Nuestra siguiente parada es la maravillosa iglesia de Sant Climent de Coll de Nargó, de finales del S.XI. Ya la habíamos visitado con anterioridad, pero no podemos resistirnos a parar a verla una vez más. Su sencillez, el esbelto campanario prerománico, y lo cuidado del entorno, valen la pena. De Coll de Nargó nos vamos a Sant Victor de Figols (S.XII). Encontramos la iglesia en obras de reparación de la cubierta, por lo que apenas podemos verla.
Sant Climent de Coll de Nargó.
El campanario prerrománico.
Sant Victor de Figols.
Ábside de Sant Victor de Figols.
Al registrarnos en el hotel nos recomiendan hacer unos kilómetros hasta el límite con la comarca del Solsonés para visitar el Salí de Cambrils. Son 23 kilómetros por una carretera de montaña en la que vale la pena no correr, no por el trazado, sino para disfrutar del paisaje. Estas salinas estań alimentadas por la Font Salada que brota con una salinidad del 30%, casi la misma que la del Mar Muerto (35%). Aprovechando una de las eras de evaporación, han construido una piscina en plan balneario. Un corto paseo lleva hasta la Font Salada, resiguiendo la canalización de madera que lleva el agua de la fuente a las eras de evaporación. Aunque ahora las instalaciones están cerradas, tomamos buena nota del lugar para volver en verano y disfrutar de un baño.
Las eras de evaporación.
Piscina para baños terapéuticos.
concreciones salinas en la canalización.
Molino de sal.
La Casa Vella al lado de la Font Salada.
La Font Salada.
De vuelta a a Organyá paramos a ver la iglesia de Santa María, pero nos la encontramos cerrada. De la iglesia románica original solo se conserva un ábside, ahora visible. Las famosas Homilíes d'Organyà, los documentos más antiguos escritos en catalán (finales del S.XII), están custodiadas en la Biblioteca de Catalunya. En la oficina de turismo de Organyà exponen unas reproducciones... pero solo abren los sábados y domingos.
Portada de Santa María de Organyà.
El ábside románico.
Como no hay nada más que ver, decidimos acercamos a ver Los Pontarrons. Son un conjunto de tres puentes medievales construidos a iniciativa del obispo Sant Ermengol, entre los años 1026 al 1054, para salvar el Congost de Tresponts. Evidentemente el nombre actual le viene de los tres puentes medievales. Lo mejor es aparcar al lado de la entrada del túnel de la C-14, tomando la carretera LV-4001 hacia Montant de Tost. El camino sale del otro lado del puente de la C-14 sobre el Segre y recorre el congost por su orilla derecha. Ahora está muy bien acondicionado con pasarelas de madera y, como todo el tránsito pasa por el túnel, es muy agradable de recorrer. Pero la verdad es que, para apreciar bien los puentes, lo mejor es pasear por la antigua carretera (ahora sin tránsito alguno) que va por el margen izquierdo del Segre.
Camí dels Pontarrons.
Pasarela sobre uno de los puentes.
Pavimento original de uno de los puentes.
En la primera pasarela.
Uno de los puentes parcialmente conservado.
Y otro en perfecto estado.
Con este paseo medieval damos por concluido nuestro primer día y nos vamos al hotel a relajarnos antes de cenar en el mismo hotel.
La terraza de la habitación.
Con vistas hacia Figols al otro lado del Segre.

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