Románico por el Alt Urgell (III). Museu Diocesà de la Seu D'Urgell y Sant Vicenç d'Estamariu

El Museu Diocesà de la Seu d'Urgell ocupa lo que era la Casa del Deganat y la Capella de la Pietat (S.XVI). Se fundó en el año 1957, siendo el último de los museos diocesanos de Catalunya en formarse. Tuvimos la mala suerte de que la Capella de la Pietat se encontraba en obras de restauración y mejora, por lo que no se podía visitar.

Está organizado de forma temática y las salas de la Casa del Deganat son amplias y luminosas, por lo que es muy agradable de recorrer dedicando el tiempo necesario a cada pieza. También hay que decir que había muy pocos visitantes, a pesar de que el confinamiento se ha relajado permitiendo moverse libremente por toda Catalunya.

Entrada del Museu Diocesá.	Sarcófago de Gualter (S.XI).
Mare de Deu de Sedó y Sant Pere de Cubells (S.XIV).	Urna relicario de Sant Ermengol (S.XVIII).
Retablo de Sta. Coloma (S.XVI), La Bastida d'Hortons.	Retablo de la Virgen (S.XIV), Abella de la Conca.

La planta baja es una especie de poti-poti de obras, suponemos que colocadas provisionalmente por las obras en la Capella de la Pietat. En la primera planta la colección de pintura mural románica no es de las más nutridas que hemos visto, pero tiene piezas muy interesantes.

Escenas hagiográficas de la catedral de la Seu d'Urgell (S.XIII).	Animal flautista (S.XIII), Isavarre.
Sant Bernabé y San Judas Tadeo (S.XIII), Isavarre.	Crucifixión (S.XII), Estaón.
Sant Pere (S.XIV), Cabdella.	Banquete del rey Epulón (S.XII), Sorpe.

La colección de imágenes de la Virgen, o Mare de Déu como se conocen aquí en Catalunya, sí que es de las mejores y más nutridas que hemos visto, procedentes de las comarcas pirenaicas cercanas.

Sala dedicada a la escultura y ornamento religioso.	Vasos árabes de la catedral de La Seu (S.XI).
Cristo de Olp (S.XIII).	Cruz procesional de la Catedral de La Seu (S.XIII).
Crucifijo con esmaltes (S.XII).	Mare de Déu de Cortscastell (S.XII).
Mare de Déu de Sort (S.XIII-XIV).	Mare de Déu de Baiasca (S.XIII-XIV).
Mare de Déu de la Muntanya (S.XIII-XIV), Caregue.	Mare de Déu d'Ancs (S.XIII-XIV).
Mare de Déu d'Oliola (S.XIII-XIV).	Mare de Déu d'Olp (S.XIII-XIV).

En una sala aparte se exponen lo que serían las joyas del museo: el Beato de la Seu d'Urgell, la casulla de Sant Ermengol, y una bula del Papa Silvestre II. También exponen unas reproducciones de las Homilíes d'Organyà y se proyecta un audiovisual muy interesante, explicando el significado e ilustraciones del Beato.

El Beato de la Seu d'Urgell es una de la treintena de copias existentes de los comentarios ilustrados al apocalipsis, obra de Beato de Liébana a finales del S.VIII. La bula de Silvestre II es un documento en papiro de grandes dimensiones, emitida el año 1001 y en la que confirma al obispo Salla de la Seu d'Urgell posesiones de este obispado en la Cerdanya y Andorra. La Casulla de Sant Ermengol está datada de los S.VIII-X y confeccionada probablemente en el Asia central, se trata de una pieza única por su antigüedad y estado de conservación.

Capiteles románicos de Sta. María de Tremp.	El Beato de la Seu d'Urgell (S.X).
Detalle de las ilustraciones del Beato.	Facsímiles de las Homilíes d'Organyà (S.XII-XIII).
Casulla de Sant Ermengol.	Bula del Papa Silvestre II.

Para completar el día nos vamos a visitar una de esas joyas del románico escondidas por el Pirineo, la iglesia de Sant Vicenç d'Estamariu (S.XI). Esta pequeña iglesia fue parroquial hasta 1754, en que se construyó la actual iglesia parroquial de Santa Cecilia. Se trata de una pequeña iglesia de planta basilical con tres ábsides cerrando la cabecera. En 1950 se derrumbaron la cubierta y la nave norte, quedando abandonada hasta su restauración en 1980. Fue entonces cuando se descubrieron los restos de las pinturas románicas, debajo del rebozado blanco que las cubrían.

Sant Vicença d'Estamariu.	Vista hacia el pueblo de Estamariu.
Paisaje bucólico con la Serra del Cadí al fondo.	Ábsides con los dos óculos.
Detalle de los herrajes de la puerta.	El ábside central.
Las pinturas murales originales.	Fragmentos de pintura en el abside sur.

Para visitarla hay que llamar al teléfono que aparece en la puerta, y el senyor Pere viene desde el pueblo a abrirla. Hay que tener un poco de paciencia ya que el hombre tiene más de 80 años y viene a su ritmo, pero vale la pena conversar con él y disfrutar de las historias que tiene para contar.