martes, 16 de abril de 2019

Castillo de Loarre y ermita de Santiago de Agüero

Nuestro último día de vacaciones en tierras aragonesas, para hoy hemos previsto visitar el Castillo de Loarre antes de emprender viaje de vuelta a casa. El castillo de Loarre pasa por ser el castillo románico mejor conservado de Europa. De hecho ha sido escenario de algunos rodajes, de los que el más conocido es el de la película "El reino de los Cielos" (Kingdom of Heaven, 2005), dirigida por Ridley Scott e interpretada por Orlando Bloom.
La visita guiada empieza en el centro de visitantes, es de agradecer que este halla sido construido a una distancia respetable del castillo, por lo que el entorno del mismo queda "limpio" de edificaciones modernas. A modo de introducción te proyectan un audiovisual con la historia del castillo, ligada a la evolución del reino de Aragón, antes de comenzar la visita.
La construcción del castillo, tal y como lo vemos ahora, se produce en tres fases. El primer recinto fue construido por el rey Sancho III el Mayor de Navarra a principios del S.XI (1020-1035), constaría de la Torre del Homenaje, la Torre de la Reina, y el resto de dependencias militares dentro de la primera muralla. El segundo recinto fue construido por el rey Sancho Ramirez de Aragón a finales del mismo siglo (1071), incluyendo un monasterio de la regla de San Agustín con todas sus dependencias y el impresionante conjunto de la iglesia de San Pedro y la Cripta de Santa Quiteria. En una tercera etapa a finales del S.XII se construye la tercera muralla, que seguramente protegería el núcleo de población que dio origen al pueblo de Loarre.
El castillo de Loarre a la vista.
Visto desde el centro de visitantes.
Entre la muralla del tercer recinto y la entrada del segundo recinto hay una torre albarrana, el guía nos explica que el término albarrana es de origen árabe y se refiere a una torre aislada, sin acceso directo desde el suelo y con una clara función defensiva. Aquí también es donde te das cuenta del increíble trabajo de ingeniería que supuso construir la iglesia de San Pedro y manteniendo además la orientación canónica este-oeste... tuvieron que ganar el espacio inexistente construyéndola sobre un primera estructura que sirvió para nivelar el terreno y construir la cripta de Santa Quiteria, encima de la cual se edificó finalmente la iglesia... ¡un trabajo de chinos!.
Portalón de acceso al tercer recinto.
Ábside de la iglesia integrado en el sistema defensivo.
La torre albarrana.
Detalle de una de las ventanas del ábside.
La portada de acceso al segundo recinto es claramente monumental con capiteles y decoración de ajedrezado jaqués en el guardapolvo, parece más la entrada a una iglesia que la de un fortaleza militar. La escalera interior está cubierta por una bóveda de cañón con una imposta de ajedrezado y pasa por debajo de la estructura de la iglesia, los dos niveles de escalones permiten subir por los laterales mientras por el centro desaguaría el agua de lluvia.
Portada de acceso al segundo recinto.
Escalera de entrada.
Escena del Sacrificio de Isaac.
Una pareja de monos, símbolo del vicio y del pecado.
A media altura de la escalera se encuentra la entrada a la cripta de Santa Quitería con un sencillo crismón coronando el arco de acceso. En un lateral del pasillo de entrada a la cripta hay un bonito grabado de un perro, símbolo de la santa como sanadora de la rabia, también hay una estrecha escalera que comunica la cripta con la iglesia superior.
La acústica de la cripta es excepcional creando un efecto estereofónico muy particular. Además en los días soleados, se ven las sombras de la gente que sube por las escaleras de acceso al castillo con su imagen invertida proyectada en la pared, en un efecto de ‘cámara oscura’ producido por la ventana central del ábside. Los capiteles resultan algo difíciles de apreciar ya que la iluminación es la natural, muy tenue.
Inscripción funeraria a la entrada al segundo recinto (año 1096).
Crismón sobre la entrada a la capilla de Santa Quiteria.
El símbolo de Santa Quiteria, sanadora de la rabia.
Ábside de la cripta de Santa Quiteria.
Dos basiliscos enfrentados.
Capitel con decoración vegetal.
A partir de aquí hay un pequeño laberinto de pasillos que comunican las dependencias monacales, la iglesia de San Pedro, otras dependencias de uso militar (sala de armas, calabozos, etc..) y la entrada al primer recinto.
La entrada a la iglesia está condicionada por la estrechez del acceso y es relativamente simple, una sola arquivolta lisa, soportada por dos capiteles con decoración vegetal y rematada por el inevitable guardapolvo con ajedrezado jaqués. El interior es otra cosa, una amplia y esbelta nave única sin crucero, a pesar de la ausencia del mismo se dieron el lujo de cerrar el primer tramo de la nave con una cúpula semiesférica que soporta un cimborrio.
El ábside esta decorado a nivel del suelo por una hilada de trece arcos ciegos con unos capiteles preciosos. Una imposta ajedrezada a media altura marca el arranque de los cinco arcos del nivel superiors, de los que solo los tres de la derecha está abiertos al exterior. Los capiteles de los arcos fajones de la nave también son muy elaborados, pero resultan difíciles de apreciar y fotografiar debido a la altura de la nave.
Arco de entrada a la iglesia de San Pedro.
La magnífica bóveda del primer tramo de la nave.
Vista completa del ábside.
Un grifo en uno de los arcos superiores.
Personaje con un león en otro arco.
Personaje con hábitos y gorro.
Formas geométricas entrelazadas.
Monstruos mordiendo las cabezas de unos monjes.
Capitel con leones y helechos.
Personaje rodeado de leones.
Decoración vegetal con filigranas.
El guía nos lleva a través del laberinto de pasillos y salas, explicándonos la función de cada una, hasta el primer recinto en el nivel superior. En el espacio que haría las funciones de patio de armas, y con las explicación de las funciones de cada uno de los restos, da por terminada la visita invitándonos a subir a las dos torres accesibles, la de la Reina y la del Homenaje.
Las dependencias monacales.
Pasillo entre el segundo y el primer recinto
Acceso al primer recinto.
La Torre Norte, la del Homenaje y la de la Reina desde el patio.
La capilla original del castillo es extremadamente simple, sin decoración alguna. Lo que si nos llama la atención es una gran estructura en lado de poniente que serían los fundamentos de una gran sala o palacio real, en la cabecera sur se conserva una gran arco llamado Mirador de la Reina además de  bases de columnas que corroborarían el carácter suntuario de este edificio.
Gran sala del Palacio Real, con el Mirador de la Reina al fondo.
Detalle del gran arco del Mirador de la Reina.
Con unas vistas magníficas.
La primitiva capilla de Santa María de Valverde.
Uno de los aljibes del castillo.
La gran chimenea de la cocina.
Entramos a la Torre de la Reina, totalmente restaurada interiormente con sus diferentes pisos de estructura de madera. En el piso superior hay una sala con un ventanal de tres arcos geminados con una vista estupenda sobre el conjunto del cimborrio de la iglesia y, lógicamente, sobre la Hoya de Huesca.
De la Torre de la Reina se pasa a la Torre del homenaje mediante un puente de piedra. Originalmente esta torre también debía ser albarrana, por lo que el acceso debía ser mediante un puente o pasarela de madera que se pudiera quitar en caso de ataque. En uno de los pisos hay una gran chimenea, y en el inferior a este un pequeño habitáculo anexo a la sala con... ¡una letrina!, dos detalles de auténtico lujo para aquella época.
El patio de armas desde la entrada a la Torre de la Reina.
El mirador de la Torre de la Reina.
Vistas desde el mirador en la Torre de la Reina.
Acceso a la Torre del Homenaje.
La gran chimenea de la Torre del Homenaje.
Y... ¡una letrina!, todo un lujo.
En la planta superior de la Torre del Homenaje.
Ventanuco defensivo.
Las dependencias monacales desde la torre.
Una última visión del castillo.
Terminada la visita nos resistimos a abandonar esta orgía de arte románico, así que decidimos acercarnos al pueblo de Agüero a visitar la ermita de Santiago, de la que nos han llamado la atención unas fotos que hemos visto en el centro de visitantes del castillo.
Esta si que va a ser la última visita de estas vacaciones. La ermita de Santiago de Agüero es una iglesia inacabada de lo que había de ser un monasterio, quizás mandado construir por la viuda de Pedro I. Es de planta basilical con sus tres naves coronadas por sus correspondientes ábsides, del proyecto original solo se llegaron a construir los dos primeros tramos de la iglesia, la portada de acceso en la fachada sur está claramente "injertada" como solución de compromiso, y se encuentra descentrada con respecto a los pilares que delimitan ese tramo de nave.
En cualquier caso el trabajo de los capiteles de la portada es exquisito, y un plafón informativo permite identificar cada una de las escenas representadas, en su mayoría de carácter profano o mitológico. El tímpano representa la adoración de los Reyes Magos algo poco habitual, por lo menos nosotros es la primera vez que lo vemos, las ménsulas que soportan el tímpano también son excepcionales.
El pueblo de Agüero dominado por los Mallos.
Ermita de Santiago de Agüero.
Portada monumental en la fachada sur.
Leones devorando un carnero.
Bailarina entre dos músicos.
Bailarina contorsionada acompañada de un músico.
Soldados luchando con mazas.
Leones devorando una cabra.
Combate de centauros.
Dos perros enfrentados.
Cuadrúpedos con rostro humano.
La Adoración de los Reyes Magos.
Monstruo devorando a un guerrero.
Y otro devorando a una mujer desnuda.
Ménsulas del tejadillo, una arpía, un dragón que se muerde la cola, un hombre y una mujer, un saltimbanqui, un león y un dragón.
Los tres ábsides dan una impresión un tanto rara, como de edificación romana clásica, con las grandes columnas lisas adosadas y los capiteles con una decoración vegetal muy simple. Una bonita moldura con escenas de animales mitológicos, ángeles y otras figuras, recorre los tres ábsides a media altura. Llama mucho la atención la gran cantidad de marcas de cantero conservadas, en concreto una en forma de llave, muy elaborada.
Vista de los ábsides sur y central.
Detalle de la imposta que recorre los tres ábsides.
El ábside norte.
Detalle de algunas de las marcas de cantero.
Por algunas de las fotos que he visto en internet, el interior parece ser realmente espectacular... ¡lástima que la encontramos cerrada!... tendremos que volver en otra ocasión. Siempre nos pasa lo mismo, volvemos a casa con una lista de sitios a visitar casi tan grande como la de los que hemos visitado.

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